El Deportivo Alavés también se llevó los tres puntos de Anoeta, donde la Real sólo ha ganado un partido liguero esta temporada, y mete en serios problemas al equipo de Asier Garitano y al propio técnico del conjunto donostiarra (0-1).

La Real está para pocos trotes, sobre todo en defensa, esta temporada y cada llegada del rival les hace daño. El Alavés, consciente de ello, cercó de inicio la portería de Moyá para poner de los nervios a los locales a los cinco minutos, en un mano a mano de Jony ante el portero mallorquín que éste saldó con éxito.

No pudo hacer lo mismo en la segunda acometida de los alaveses que, cinco minutos después, se ponían en ventaja en el marcador en un centro colgado al área por Bastón que el argentino Jonathan Calleri llevó a gol por encima de la defensa guipuzcoana.

La Real despertó tras este temprano disgusto y comenzaron las llegadas al área del Alavés, una de las más claras la conducida por Theo desde el lateral para encontrarse con Pacheco como obstáculo insalvable a su duro remate.

El Deportivo Alavés no pasó mayores apuros hasta el descanso ya que la Real parecía jugar con un lastre en sus botas y su fútbol era muy previsible, de forma que otra arrancada de Theo en el tramo final del período se convertiría en todo el bagaje de peligro antes de irse a vestuarios.

El equipo de Garitano, y el propio técnico, estaban en una posición más que incómoda, el público de Anoeta empezaba a ensayar sus primeros silbidos hacia el equipo, mientras que enfrente el Alavés tenía el partido donde quería antes de una segunda mitad de alta tensión en Anoeta para los de casa.

Comenzó con brío el conjunto txuri urdin este período y gozó de una clara ocasión para el empate en un remate solo en el área del belga Januzaj, al que le faltó un poco de colocación para haber tenido premio.

El Alavés estaba sin embargo muy sólido. Calleri y Borja Bastón eran un incordio constante para la zaga blanquiazul y la Real empezaba a mostrar unos signos de agotamiento en su fórmula de juego realmente preocupantes si quería llevarse el partido o incluso minimizar daños con un empate.

Los vitorianos estuvieron cerca del 0-2 en otro mano a mano ante Moyá, en esta oportunidad de Calleri, y la entrada en el campo del juvenil Ander Barrenetxea, de 16 años, para insuflar ánimos al final del choque sería toda la respuesta del equipo de San Sebastián, que se va al parón navideño sumido en una grave crisis de identidad y resultados.