Rondaba la media hora de partido y el Real Madrid ganaba en Cornellà por 1 a 2 cuando Gil Manzano señaló como falta un contacto de Sergio Ramos a Sergio RamosLeo Baptistao. Acto seguido, el capitán del Real Madrid se encaró con el árbitro protestando la dudosa acción en la que aseguraba que no llegó a existir contacto, algo que en ocasiones ya podría conllevar una segunda amarilla.

Pero, para para rematar la jugada, Gil Manzano tuvo que poner incluso la mano en el pecho del sevillano para evitar que se le echara encima, mano que retiró de manera más que llamativa ante la mirada desafiante del jugador del Real Madrid en lo que bien podría haberse considerado desprecio y una nueva ocasión de mostrarle la segunda amarilla y expulsarlo.