Las vidas extra se le han agotado al Villarreal CF. Si quiere lograr la superviviencia en la máxima categoría no puede desaprovechar esta última oportunidad y necesita una revolución. Dicen los supersticiosos que la primavera es el momento del año para quitarse lo malo de encima. Es ahora o nunca. Álvaro destacó la semana pasada la importancia de este mes de marzo para sacar adelante la situación. No le falta razón al defensa cántabro. Más bien la tiene toda. El doloroso gol de Inui fue el golpe definitivo. Además la victoria del Huesca contra el victoria HuescaSevilla

Pero la esperanza es lo último que se pierde y la plantilla grogueta todavía tiene motivo para creer en la salvación. La tarea no es sencilla, puesto que ni siquiera el año del último descenso se estaba en una situación tan dramática o por lo menos, con la sensación de impotencia actual. El equipo quiere y la mejoría hasta el pinchazo frente al Alavés era palpable. Aun así un nuevo lapso de cinco puntos en quince partidos deja al equipo en pleno zafarrancho de combate. Cinco equipos en cuatro puntos y una carrera a doce jornadas.

Marzo es el todo o nada por dos motivos. Por capricho del calendario el Villarreal se medirá a rivales directos en las próximas semanas. Además asomarse por la ventana y respirar fuera del descenso cuánto antes bajará el nerviosismo y ayudará al equipo a sacar los puntos.

Levante, Real Celta y Rayo Vallecano son los próximos contrincantes para los de Rayo VallecanoCalleja Tres enfrentamientos que pueden decidir hacia dónde va la balanza. Tampoco puede quedar al azar el hecho de que la diferencia de goles está también encima de la mesa. Entre medias asoma el Zenit en la Europa League, si bien el Villareal no va pasearse por la estepa rusa. Todo lo contrario. Una victoria en San Petersburgo o la clasificación

Todos contra todos

Este mes de marzo ha abierto sus puertas como si del pistoletazo de salida de las rebajas se tratara. Celta, Rayo, Huesca y Villarreal, ávidos de puntos y de alegrías, se agolpan por sacar el máximo provecho a las oportunidades que les da LaLiga en los próximos partidos, donde no les vale otra cosa que ganar. El Submarino amarillo visita a un Levante que lucha por no verse en las mismas. Después recibirán en La Cerámica al Rayo de Míchel, sobre cuyo césped el Villarreal solo ha salido por a puerta grande en dos ocasiones. Para rematar la cronoescalada grogueta, un reencuentro: el nuevo Celta de Fran Escribá. El valenciano se enfrentará a su pasado, luchando en Balaídos por salvarse del infierno. Los vigueses han perdido diez de los últimos quince partidos. Un drama. Pero ninguno de los otros tres equipos que han comprado boletos para la permanencia tienen un horizonte despejado. El Huesca, por ejemplo, será juez de la lucha por la cuarta plaza midiéndose a Alavés y Getafe, después el Madrid y abrir el mes de abril contra el Celta. Plan similar para los celtiñas con Betis y Madrid, antes de dos finales ante amarillos y altoaragoneses.