El tortazo de realidad europeo recibido en Turín le exige al Atlético hacer una reflexión profunda. El club sacó toda la munición con vistas a levantar la ansiada Copa de Europa en el Metropolitano. Renovación millonaria a Griezmann y a Simeone, desembolso económico importante para traer jugadores diferenciales como Lemar, Costa o Morata y un estilo de juego reconocible, pero sin evolución. Esa es la gran clave de la debacle rojiblanca frente a la Juventus. Confiarlo todo a una defensa que no es la que era y a un 'alma' que no se vio en Italia.

Maldición o casualidad, lo cierto es que desde la 64/65 ningún equipo anfitrión de la final ha levantado el título. Es más solo en dos ocasiones alcanzaron la final; Bayern (11/12) y Roma (83/84). Los únicos el Madrid de Di Stéfano y el Inter de Herrera. El Atlético y Simeone han desperdiciado una gran oportunidad de hacer historia, pero la obsesión por la copa impidió ver los errores que propiciaron las otras cinco decepciones en la Champions. Además de hacerlo con una eliminatoria en franquicia con el 2-0 de la ida. Por cierto la UEFA anunció la salida a la venta de las entradas para la final en el Wanda (70 a 600 euros).

Futuro con incertidumbre

¿Y ahora qué? La apuesta por la 'orejona' ha sido en balde. Tanto que ha dejado al Atlético en blanco. El pasado curso tuvo el escape de la Europa League, pero el pinchazo en Azerbaiyán fue como mínimo un indicador de la dificultad y el peligro que entraña hacer un 'all in'. Y claro, en 1/8 están fuera, con otro fracaso en la Copa y la Liga casi sentenciada. A efectos de rendimiento ninguno de los fichajespara lograr la corona. Ni siquiera Griezmann apareció por Turín. Tampoco el carácter de los Juanfran, Godín y compañía despertaron a un equipo que perdió lo más importante, la esencia competitiva. Hasta Simeone erró con un planteamiento ultra conservador. No siempre Oblak, que casi salva el segundo gol, puede ser el héroe rojiblanco. Al Atlético le toca un cambio de ciclo, es evidente, reinventarse. Godín se marchará en verano. Pero no hay que olvidar que Simeone y Griezmann

La obsesión con la champions league y sus reveses

Dos finales, dos decepciones. La época de Diego Simeone en el Atlético queda marcada por las finales de Lisboa y de Milán. No conseguir el título en ninguna de ellas y frente al Real Madrid convirtió la Champions en la obsesión de club, cuerpo técnico y plantilla. Su talón de Aquiles.

La medida tomada al Atlético. Parece una constante en el camino rojiblanco por lograr la ‘Orejona’. Tras las finales en 2015 y en 2016 de nuevo el Madrid de Cristiano Ronaldo apeó a los colchoneros en cuartos de final y en semifinales. El auténtico verdugo de la etapa del ‘Cholo’.

Qarabag, el origen de todo. Es cierto que la eliminación en la fase de grupos permitió al Atlético ganar la Europa League, pero solo fue una cortina de humo para no fijarse en lo ocurrido contra el Qarabag. Un 0-0 donde el equipo mostró las mismas carencias de Turín.