Lágrimas, impotencia y orgullo fueron algunas de las realidades experimentadas por los casi doscientos aficionados que se dieron cita en el Clariano para despedir a la plantilla del Ontinyent. Justo en el día que el club cumplía 88 años de existencia, se certificaba su muerte. Los futbolistas y el staff técnico saltaron al terreno de juego para dar las gracias al aficionado por su presencia en el que ha sido la casa del ontinyentismo durante toda una vida.

Con los gritos de "Orgullosos de nuestros jugadores", el grupo se acercó a la zona con mayor presencia de simpatizantes. Una vez allí, el capitán del equipo, Juanan Casanova dedicó unas palabras en nombre de los futbolistas. Con una voz rota, el futbolista de l'Olleria calificó la temporada como un "año muy jodido" y añadió que el principal tesoro que tiene y tendrá este club "será la afición".

El mensaje del ocho del Ontinyent terminó asegurando que "los jugadores lo han dado todo, hemos hecho todo lo que hemos podido, no se puede exigir ni un mínimo esfuerzo más a estos compañeros a los cuales me los llevo para siempre. Es una pena que esto se acabe así" espetó el capitán.

Destacar un pequeño incidente ocurrido en la zona de Tribuna protagonizado por el vicepresidente del club, Ángel Bordera y José Enrique Ferrero, persona vinculada a Elite Sports que no pasó a mayores.