Tras casi noventa años de historia, el pasado fin de semana El Clariano se quedó sin fútbol.El Clariano se quedó sin fútbol El encuentro que iba a enfrentar a los textiles contra el Espanyol B se suspendería, horas más tarde de que la RFEF confirmara el cese del equipo valenciano. Los impagos y una deuda que ascendía a más de un millón de euros condenaron al equipo a una muerte anunciada con meses de antelación. A los pocos días de esta catastrófica noticia en Ontinyent, el que fuera presidente de la entidad textil ha explicado a SUPER algunas de las claves que hicieron inviables prolongar, al menos hasta el final de la temporada, la vida del histórico valenciano.

Subvenciones pendientes

Luis Ortiz adelantó que la deuda del club terminó cayendo sobre su propio peso. La cifra, superior al millón de euros, obligó al Administrador Concursal a intervenir y obligar al equipo a renunciar a su actividad deportiva. No obstante, la entidad llevaba tiempo pendiente de diferentes ingresos que «no nos llegaron» y que podrían haber prologando la vida del conjunto valenciano, al menos durante unos pocos meses mientras se seguía con el proceso de búsqueda de nuevos inversores, puesto que interesados en la compra del club sí había.

En primer lugar, Ortiz aseguró que la entidad llevaba tiempo esperando los ingresos por «participación y avanzar en las rondas de la Copa del Rey», así como «por los derechos televisivos de esta competición», que en su momento la RFEF pasó a la Federación Valenciana, pero que «no llegamos a cobrar». El cuadro textil avanzó dos rondas en la competición del KO hasta caer contra el Melilla, equipo también de Segunda División B que al pasar de ronda se terminaría cruzando con el Real Madrid.

Además, Ortiz indicó que el club se ha quedado esperando la subvención de clubes a la Seguridad Social de la temporada pasada; una cifra que subía hasta los 135.000 euros. Y también, en cuanto a la administración pública, los impagos y la deuda también les libraron de la tradicional subvención que les otorgaba en Navidad el Ayuntamiento de Ontinyent. «Era como un círculo vicioso», afirmó Ortiz, al referirse a la rigurosidad con la que la Administración Pública les negó las ayudas por la crisis económica que atravesaban.

Posibles compradores

Luis Ortiz reconocío además que hubo compradores interesados, pero que ninguna de las opciones llegaron a buen puerto. «En los últimos 21 días he estado en contacto con tres empresas. Dos de ellas eran de capital extranjero y una nacional, que era la que más me convencía». Sin embargo, todos los interesados pedían como requisito indispensable a Ortiz que el equipo se mantuviera en la categoría de bronce la próxima temporada, algo que el presidente en ningún caso podía asegurar por dos motivos: la inestabilidad económica del equipo y los impagos que se arrastraban, y la situación competitiva del equipo, que está en el descenso.

«Las negociaciones con la empresa de capital nacional fueron muy lentas, la deuda fue creciendo y ni el club ni el Administrador Concursal podían permitirlo», culminó Ortiz.