«Ser valientes. Si jugamos con miedo, lo lamentaremos». El mensaje que lanzó Javi Calleja a su plantilla es cristalino como el agua. Ya lo dijo en su presentación: «Lo sacaremos los mismos que nos metimos». Así que ni hay tiempo para ahogarse en la derrota de Vigo, ni tampoco para descartar partidos. Quedan nueve finales y el nudo de la corbata aprieta. Es cierto que la visita del Barça de Messi supone una desazón en cuanto a las opciones de alzarse con el triunfo. Sin embargo en la carrera de fondo que arrancó en Balaídos, el Villarreal mantiene una ventaja mínima. Por ello no se puede desfallecer y así lo demostró el técnico con mensajes para elevar la moral de la tropa.

No le queda otra al Submarino que reponerse de lo ocurrido en la segunda mitad frente al Celta. El Villarreal llegaba respaldado por una buena dinámica de resultados. Igualmente la delantera, con Ekambi a la cabeza, ha recuperado el tono y la zaga había superado sus problemas para cerrar la portería. De hecho los números lo atestiguan: Dos o más goles marcados en los últimos cinco partidos. Las bajas —que mantiene a excepción de Funes Mori— han aminorado la recuperación, pero nunca provocar una recesión ya que no hay margen para dar muchos descansos. Cáseres por Morlanes o Funes Mori por Quintillá se perfilan como los únicos.

Los caprichos del calendario subrayan la obligación de superar al Barça. El duelo entre el Celta y el Huesca en El Alcoraz, así como las salidas del Rayo y del Valladolid ofrecen una buena posibilidad de recuperar algo de colchón. Mas si se tiene en cuenta que la próxima semana entrará en liza la eliminatoria europea contra el Valencia.

Messi y las rotaciones

Con el Atlético y el United en el horizonte, el Barça debe rotar. De hecho la clasificación amarilla invita a Valverde sentar a Messi, Alba o Busquets, entre otros. Sin el '10' la esperanza grogueta aumenta y los azulgranas bajan alarmantemente sus prestaciones. Esa puede ser la vía de escape para el Villarreal, encontrarse a un rival distraído sin todas estrellas. Aun así el Barça quiere ganar el título cuanto antes y mostrará su juego habitual.

Valverde también avisó que no cree que el de Villarreal sea "un partido ideal" para los menos habituales, sino "para ganar". Valverde comentó que los rivales están esperando "un tropiezo" del Barça para alimentar la esperanza de que pueden recuperarse en la clasificación.

12 años sin ganar al Barça como local

Más de una década ha pasado desde que la afición grogueta viera la última victoria del Submarino en casa frente al Barcelona. El veinte de octubre de 2007 el Villarreal venció por 3-1 al cuadro azulgrana. Precisamente el único superviviente de aquel partido fue el que abrió el marcador: Cazorla. El asturiano puso el 1-0 para que después Senna hiciera el 2-0 y el 31, ambos de penalti. efe