Lo último que puede tener la selección española al saltar al césped de Reims es miedo (18:00 horas, Gol). Ilusión a raudales, un nivel de concentración elevado y la confianza de poder competir de tú a tú contra la gran favorita al trono mundial es lo que hay que esperar de las chicas dirigidas por Vilda. España ya se convenció el pasado mes de enero en Alacant de que sus rivales de Estados Unidos son de carne y hueso y que eso de ser las 'número uno' no gana partidos. En aquel duelo amistoso pese a la derrota de las españolas se dio un gran paso adelante para afrontar con seguridad citas como la de esta tarde en el Auguste-Delaune.

La Roja se enfrenta al encuentro más importante de su historia, sabiendo que ya han escrito una página dorada para las generaciones venideras con su clasificación para los octavos de final de una Copa del Mundo.

«Es uno de los partidos más importantes de mi vida, nos jugamos el seguir haciendo historia. Tenemos mucha ambición y queremos seguir escribiendo la historia del fútbol femenino español», aseguró la alicantina Sandra Paños. Y ese es el espíritu que respira todo el vestuario de Jorge Vilda: son mejores pero se les puede ganar.

Las posibilidades de las españolas pasan por mantener el nivel defensivo mostrado frente a Alemania. Y es que con Morgan, Rapinoe y Heath las norteamericanas tienen un auténtico torrente ofensivo.

El otro punto a pulir es el que lleva fallando durante todo el torneo: la falta de gol. Aunque la entrada de Nahikari en punta ha permitido respirar a Jenni Hermoso en el enganche,España genera fútbol, pero no finaliza todos esos acercamientos. De hecho en el Rico Pérez la selección le robó la pelota por momentos a las norteamericanas. Es tiempo para creer.