Con la vuelta de Moi y sin contar a Álvaro, cuya salida no es oficial todavía pese a que el club ya ha alcanzado un principio de acuerdo para que recale allí en calidad de cedido esta temporada, actualmente 14 de los 28 efectivos que Calleja con licencia del primer equipo —a los que hay trabajando ya hay que añadir a los internacionales que se incorporarán más tarde, aunque al menos cinco del total deben salir después— han pasado por las categorías inferiores del conjunto amarillo en mayor o menor media, o lo que es lo mismo, trabajaron en Miralcamp antes de dar el salto al primer equipo. Esas cantidades, en porcentajes netos, implican que un 50% del plantel ha salido de la cantera y sin ir más lejos, el fichaje de un jugador como Moi por 1,3 millones, es fruto directo también de ese trabajao aunque haya salido y vuelto después.

A eso además hay que añadir el caso de Pau Torres, un futbolista que este año tendrá el honor de ser el único nacido el Vila-real que forme parte de la primera plantilla, al margen de estar formado en Miralcamp. «No es nada fácil para ningún jugador de Vila-real ni de la provincia de Castellón en general poder llegar al primer equipo, ya que jugar en la élite exige lo máximo y la competencia es muy elevada», ha afirmado el zaguero groguet, quien por ser de casa ha podido recibir consejos de algunos de sus predecesores como son Font, Arzo o Xisco Nadal: «Especialmente tengo relación con Héctor Font y César Arzo y ahora últimamente con Xisco Nadal —delegado del equipo—, quienes me dan consejos y me han explicados sus experiencias. Así es todo más fácil».