El Villarreal, en sus primeros compases de pretemporada y en pleno proceso de desarrollo de cara al curso que arranca en menos de un mes, tiene en la defensa su principal punto fuerte a falta de perfilar las líneas más adelantadas. Sobre todo, después de una campaña en la que la sangría de goles encajados fue uno de los principales motivos por los que el cuadro de Javi Calleja se vio inmerso en la pelea por no descender de categoría.

La pareja de centrales formada por Raúl Albiol y Pau Torres es la mejor noticia de los groguets debido a las sensaciones que están dejando en los primeros compases de preparación. La química entre ambos denota seguridad y ganas de revertir dos situaciones pararelas pese a que uno destaque por su veteranía y otro por su juventud. Ninguno de los dos estuvo el curso pasado, y sus contextos anteriores invitan a que su llegada a la ciudad de La Plana supondrá ambición por implantar una muralla en la retaguardia del estadio de La Cerámica.

Ambos nacidos en la Comunitat Valenciana, el futbolista procedente del Napoli aterriza con una espina clavada. Pese a haber tenido estabilidad en la defensa del actual subcampeón de Italia, una operación en el tendón de la rótula de su rodilla izquierda lo tuvo apartado durante dos meses en el último tramo de competición y no pudo lucir sus mejores galas cuando regresó de su percance. El fichaje de Kostas Manolas, y la presencia de Koulibaly, que es uno de los mejores defensores del país transalpino, obligaron a buscar nuevos retos al ex del Valencia y seguir demostrando que su sobriedad y cualidades tácticas no poseen síntomas de longevidad. Sin embargo, la situación de Pau Torres era de pura necesidad. Todos sabían de su potencial, pero la falta de oportunidades con el primer equipo decrecían su proyección. Su salida a Málaga, sin lugar a dudas, fue la mejor decisión, ya que su regreso implica una considerable mejora en todos sus aspectos del juego, como por ejemplo, el juego aéreo o la anticipación en el corte. Además, perfeccionó una de sus características más valiosas, como es la de intervenir en tareas defensivas con limpieza. Su balance en tierras andaluzas fue de 38 partidos en LaLiga 1|2|3 y dos choques en los PlayOff de ascenso a Primera División que, aunque le privaron de celebrar un ascenso con su antiguo equipo, le sirvió al villarrealense para madurar en la faceta personal durante una estancia de puro aprendizaje.

Con Álvaro González en el Olympique de Marsella, Funes Mori de vacaciones debido a su presencia en la Copa América y Víctor Ruíz, que tiene un futuro incierto en el club castellonense, el porvenir en la defensa, con los laterales aparentemente perfilados, pasa por el hambre de Pau Torres y la experiencia de Raúl Albiol. Dos perfiles semejantes que están destinados a garantizan el cerrojo en la portería defendida por Sergio Asenjo. En dos partidos de pretemporada, solo han encajado un tanto y fue sin los dos sobre el terreno de juego. Números que invitan al optimismo.