Quique Sánchez Flores vivía uno de los peores días de su carrera en la visita de este sábado al Etihad, donde el Manchester City de Guardiola le endosaba un escandaloso 8-0 que deja a su Watford colista con solo 2 puntos en las primeras seis jornadas.

Nada hacía presagiar algo así después de que en su reestreno en la Premier hace solo una semana lograse un meritorio empate a dos goles ante el Arsenal. Quique regresaba al banquillo del Watford tres años después tras la destitución del español Javi Gracia y ni en sus peores pesadillas podía imaginar lo que le esperaba en este primer desplazamiento a su equipo.

Silva, Agüero de penalti, Mahrez, Bernardo Silva y Otamendi ponían un increíble 5-0 en el marcador cuando apenas habían pasado 18 minutos de partido, algo insólito en la historia de la Premier League. Rematarían la faena en la segunda mitad dos goles más de Bernardo Silva y el octavo de Kevin de Bruyne a falta de cinco minutos para el final.

Para Quique es la derrota más abultada en toda su trayectoria como jugador y entrenador, solo comparable al 7-0 que encajó con el Valencia CF ante el Karlsruher en el partido de la Copa de la UEFA de funesto recuerdo para el valencianismo, del que han pasado ya más de 25 años.