El próximo lunes a las 10:30 horas, ante los mediadores del SIMA (Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje), la patronal de clubes femeninos ('Asociación de Clubes de Fútbol Femenino', asesorada por LaLiga) y los sindicatos (AFE, Futbolistas ON y UGT, que aglutinan a las jugadoras) gastarán la última bala que les queda para evitar la huelga. La negociación para la firma de un primer convenio colectivo estatal que regule el fútbol femenino está ahora mismo enquistada tras 18 reuniones en las que, pese a lo que pueda parecer, sí que se han acercado posturas. De hecho en estos momentos el desencuentro entre las partes radica casi exclusivamente en lo que respecta a la parcialidad de la jornada laboral mínima sobre un salario también mínimo de 16.000 euros brutos anuales. En todo lo demás (revisiones salariales, plus de antigüedad, protocolo de embarazo y lactancia, protocolo contra el acoso, ayuda a la maternidad, vacaciones o plan de empleo...), ya hay entente a falta de flecos.

Así las cosas, el problema es que las jugadoras reclaman que cumplen una jornada laboral a tiempo completo y exigían inicialmente un 100 por cien de la parcialidad, aunque ahora han cedido hasta un 75 por cien entendiendo que renuncian ya a un derecho que les pertenece, pero no están dispuestas a bajar de ahí y AFE ha dejado claro en más de una ocasión que no aceptarán firmar nada que esté por debajo de lo que realmente trabajan las chicas. La patronal, que por su parte cedió también al subir de 14.000 a 16.000 euros brutos anuales de salario mínimo, argumenta que no puede firmar un convenio que casi con total seguridad —hacen números y los ingresos 'ordinarios' que tiene el fútbol femenino en la actualidad no permiten sostener esos costes— algunos de sus miembros no podrán cumplir en breve ya que el fútbol femenino está creciendo, pero sigue siendo deficitario y los clubes que no tienen una inyección de otro club profesional detrás no van a poder sostener esos gastos.

Para un año

Las jugadoras —parece que mayoritariamente— tienen claro que ha llegado el momento de exigir sus derechos íntegros; la patronal les ofrece mejorar lo que considera 'viable' para revisar el convenio, que sería anual, y que llegaría hasta el 30 de junio para posteriormente ser revisado.

Actualmente el fútbol femenino de forma global recibe 6,1 millones de euros por temporada de los cuales 3 vienen del contrato televisivo (tienen firmados 9 millones repartidos en tres temporadas con Mediapro), 1,5 del patrocinador Iberdrola (de los 3 millones que ponen, 'llegan' 1,6) y 1,5 de LaLiga (de los 3 millones que también ponen, 'llegan' 1,6), que en el inicio de la campaña 16/17 y hasta hoy igualó la inversión inicial de Iberdrola para potenciar al fútbol de féminas. A esas cantidades hay que añadir las que aporten los patrocinadores privados que pueda obtener cada club, que no son ni parecidas en muchos casos en los clubes con equipo masculino profesional y en los clubes sin equipo masculino profesional, así como otro tipo de ingresos como abonos etc... que son minoritarios.

Un salario mínimo de 16.000 euros anuales a un 75 por cien de jornada mínima, añadiendo costes de seguridad social y derivados, suponen un gasto mínimo de plantilla —es decir, si todas las futbolistas cobrasen lo mínimo posible— en salarios de jugadoras de 330.000 euros anuales (esa cantidad está calculada sobre 20 jugadoras, pero algunas fuentes apuntan a que se marcharían hasta los 350.000) lo que multiplicado por 16 clubes da un coste total mínimo de la competición en sueldos de 5.280.000. Los ingresos globales asegurados son de 6.100.000. El desfase mínimo es de 820.000 euros.

Gasto de estructura obligatoria

Desde la campaña 2016/2017 se les exige a los clubes una mínima estructura para 'garantizar' el buen uso de las dotaciones económicas de LaLiga e Iberdrola que consiste en la acreditación de cuatro personas contratadas (un CEO, un encargado del área financiera, un encargado del área de marketing y otro en comunicación), que suponen un gasto. A eso hay que añadir los gastos corrientes de los cuerpos técnicos, desplazamientos, arbitrajes etc... Por otro lado algunos clubes potentes obtienen ingresos por patrocinadores privados y otros más modestos, menos.

El impacto y la Quiniela

La patronal asegura que los ingresos no sostienen los gastos pretendidos y que cumplir ahora la propuesta de los sindicatos supone un impacto de 1,6 millones; las jugadoras piden porque opinan que sí llega y además AFE ha propuesto obtener ingresos adicionales procedentes por ejemplo de la Quiniela modificando el real decreto 419/1991. Si una o ambas partes ceden, no habrá huelga.