Junto a Pablo Marí en el eje de la zaga de Flamengo, que este sábado juega la final de la Copa Libertadores en Lima frente a River Plate, destaca otro 'exvalencianista' como es Rodrigo Caio, si bien su caso es muy singular. El central brasileño es uno de los jugadores con mejor rendimiento del Brasileirao y de la competición continental —de hecho 'Fla' no conoce la derrota con él y Pablo Marí formando como titulares— pese a que en el mes de julio de 2015 no superó una revisión médica con el València CF, cuando ya estaba 'firmado'.

El brasileño, que aterrizaba entonces sonriente al Aeropuerto de Manises —e incluso posaba con la portada de Superdeporte— con la etiqueta de primer refuerzo de aquel verano, todavía no estaba fichado para sorpresa de todos. Su incorporación, que antes había desatado una crisis institucional dejando en evidencia el poder de decisión de Amadeo Salvo y Rufete, se truncó porque no hubo un informe favorable definitivo sobre su rodilla. Fue explorado por el club, se puso en manos de un reconocido especialista de la ciudad y posteriormente acudió a la Clínica del Doctor Ramón Cugat en Barcelona en busca de una tercera opinión médica. Antes había estado sometiéndose cinco horas a toda una batería de pruebas médicas en el Nou d´Octubre y la Clínica Eresa, donde se le miró con lupa por un grave lesión de rótula que sufrió con catorce años y porque en el verano de 2014 se rompió los ligamentos de la rodilla truncándose así su traspaso al Mónaco. De hecho después tampoco pasó reconocimiento médico con el Atleti.

No pasó el corte poque al parecer había un elevado factor de riesgo. Sin embargo, desde entonces hasta hoy tan solo se le conoce una lesión de relativa importancia y no fue más que una rotura muscular en un muslo que le mantuvo 24 días de baja y acumula 112 partidos jugados entre Sao Paulo y Flamengo, donde va a cumplir un año, al aregn de haber ganado el oro olímpico en Río en 2016.