"El cáncer fue mi suerte. Doy gracias a Dios por tenerlo. Descubrí que estaba enfermo en julio de 2013, nada más llegar al Sassuolo. Me operaron y a las tres semanas estaba en el campo. Nada había cambiado. Seguía comportándome como un 'no' profesional fuera del campo". Esas han sido las declaraciones en el medio italiano L'Ultimo Uomo. En la entrevista, el jugador de la Lazio se abre y cuenta cómo han sido los dos procesos en los que ha luchado contra esa enfermedad. "Un día comencé a gritar ¡sal de mi cuerpo!, pero, seguía haciendo mi vida habitual. Tardes, bebidas, salía hasta las 7.00 horas de la mañana", explicó.

El jugador habla sobre la situación que le ha llevado a reflexionar sobre su vida antes y después del cáncer y cómo faltaba al respeto a los clubes para los que jugaba. "No me respetaba, no respetaba mi trabajo, ni a quienes me pagaban. A menudo llegaba al entrenamiento 'achispado', sin haberme recuperado de los efectos del alcohol. Físicamente me encontraba bien porque siempre he sido fuerte. Me valía con dormir un poco para rendir", explicó.

Por su parte, reconoció que su nivel en el Calcio habría sido muy diferente de no haber caído enfermo. "Sin la enfermedad habría acabado jugando en la Serie 'B' o, tal vez, me habría retirado. Por fortuna alguien de ahí arriba me amaba y me envió la enfermedad. Sin ella hubiera terminado muy mal. Nadie me hubiera salvado. Estoy satisfecho de la persona en la que me he convertido a pesar de todas mis deficiencias", ha proseguido", explicó.