Eder Sarabia, el segundo técnico del Barça, se ha convertido en uno de los protagonistas del Clásico. El ayudante de Quique Setién fue 'cazado' por las cámaras de #Vamos durante el partido en el Santiago Bernabéu que terminó ganando el Real Madrid (2-0); un duro resultado para los catalanes que perdieron en su visita a Chamartín la opción de encarrilar el título liguero y el liderato. El preparador culé mostró su resignación durante distintas fases del partido. A Sarabia no le gustaba nada de lo que veía y lamentó constantemente los fallos de sus futbolistas e incluso crítico la falta de acierto de alguno. «No es un pase a Busquets, es un pase que debe darse a los interiores. ¡Ahí!», gritó en una de sus intervenciones.

El protagonismo de Sarabia fue tal que las cámaras también le cazaron llamando a Messi o reflexionando sobre la brecha que generaba el impreciso centro del campo culé, uno de los principales problemas del Barça ante los hombres de Zidane. «No podemos tener la línea defensiva tan metida atrás, porque nos estiran y luego viene Benzema, recibe y nos crean mucha superioridad», expresó el ayundante de Setién. «Tenemos que reducir mucho el espacio».

El bilbaíno también se lamentó de la falta de acierto de sus futbolistas ante la portería de Courtois, que salvó tres acciones de peligro muy claras (una a Arthur, una a Messi y una a Braithwaite en el primer balón que tocaba el danés). Pero uno de los problemas del Barça fue la falta de finalización cuando se avecinaba una ocasión o la falta de intentos con disparos desde la frontal había espacios: «Gol, métela Antoine», expresó en uno de los tantos acertamientos del Barça. «Me cago en mi... suave, suave» o ¡pero tirar a gol, me cago en...!, fueron otras de sus valoraciones.

Pero sin duda, uno de sus comentarios más polémicos se refirió a la salida de balón, el verdadero quebradero de cabeza para los suyos. «No hace nada de lo que hay que hacer, de repente empieza a jugar y tirar, cuando tiene que jugar la pelota», indicó sobre uno de sus mediocentros. Sin duda, el Clásico dejó muy claro que el rol de Eder no será secundario, aunque tal y como apuntaban desde la prensa en Barcelona este comportamiento no ha gustado a los jugadores.