Seguridad, orden, contundencia y sobre todo, un margen de error bajísimo. Y eso en el Celta de Vigo son palabras mayores. En clave gallega, la aparición de Murillo puede asumirse como el fichaje de un Iago Aspas para la defensa. Con todo lo que supone el de Moaña para el ataque de Balaídos, la zaga era el gran debe de un equipo que ha dejado la portería a cero en cuatro ocasiones de los ocho partidos en los que ha participado el cafetero. Concretamente, las mismas que en las 19 jornadas anteriores. Y eso ha dado vida al equipo de Óscar García Junyent, el mejor en las últimas cinco jornadas en LaLiga

Jeison Murillo ha ofrecido todo lo necesario a un Celta de Vigo que este año tenía graves problemas en ambas áreas. Arriba solo Iago Aspas supone —como siempre— un rayo de luz ante tanta oscuridad. Y atrás, el buen inicio de Aidoo se fue deteriorando y pasó de tener buenas actuaciones a aumentar su margen de error hasta convertirse en ocasiones en un problema para la zaga celtiña. Murillo está manteniendo un rendimiento sobresaliente y hasta la fecha no ha tenido ningún error que acabe en gol rival. Contra el Getafe volvió a ofrecer una nueva exhibición en todos los sentidos. Juego aéreo, despeje, anticipación y uno contra uno en defensa. Y de nuevo, la portería a cero para un Celta de Vigo que lleva sin encajar gol desde el minuto 65 del encuentro contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. En concreto casi 300 minutos. Y lo más curioso es que antes de la llegada de Murillo, el Celta no había estado nunca dos encuentros de manera consecutiva sin encajar.

El colombiano será el jefe de la próxima defensa a la que se enfrente el Villarreal. En defensa de tres o de cuatro, Murillo ha ofrecido un rendimiento sólido y que ha mejorado también a los futbolistas que están a su alrededor. Con una media de 28 pases por partido, el 'celtiña' suma un 84 por cien de acierto en el pase: seguridad y cero riesgos. Con ese nivel ha conseguido asentarse y jugar con regularidad, algo que no lograba desde su etapa en el Inter de Milán: 17 partidos con el Valencia en la 2017/18 en LaLiga, 3 entre el cuadro de Mestalla y el Barcelona en la 2018/19, 10 con la Sampdoria en esta 2019/20, aunque no como actor principal, y ahora 720 minutos de 720 posibles.

Los datos están encima de la mesa y demuestran que el efecto Murillo es el gran peligro para un equipo que ha encontrado a su Aspas en defensa. Su intocable. El intangible para un equipo que si hace no tanto se veía con un pie en Segunda ahora tiene la mejor inercia de los implicados, entre los que se encontraba el Leganés, que ya asaltó La Cerámica este fin de semana. Por ello, ese cara a cara con Gerard Moreno y Alcácer se convertirá en uno de los grandes tractivos de la próxima jornada. Y curiosamente, al contrario de lo que sucede con el Celta de Vigo, en el Villarreal han sido incapaces de dejar la portería a cero en las últimas nueve jornadas. Trece goles en contra; una sangría enorme.