Guardián del juego, de los intereses modestos, de la afición y de la competición... Rubiales hizo de Rubiales. Eso siempre tiene una parte buena y otra un poco peor. El presidente de la Federación entró en escena como uno de los líderes del gran acuerdo en el fútbol europeo, pero hubo momentos en los que perdió el tonol cordial para ‘matar’ a Javier Tebas, presidente de LaLiga, parte importante en la hoja de ruta. Son días duros; ahora hay cosas mucho más importantes que el deporte, pero, por eso mismo, no estaría de más que RFEF y Liga dejasen los discursos cargados de revancha. Cuestión a la que los políticos nos tienen bien acostumbrados en España. Lo importante: la intención de terminar todas las competiciones del fútbol español sobre el terreno de juego; ascensos, descensos, campeones... Todo, desdesde el fútbol profesional hasta el amateur. ¿Cuándo? Cuando el Covid-19 lo permita, en abril, en mayo, en junio o en julio. Se trabaja para cerrar antes del 30 de junio, cuando terminan los contratos, pero podría llegarse a un acuerdo para prorrogar cesiones o terminar contratos un poco después; en el peor de los casos, la ventaja o la desventaja sería la misma para todos: el mercado de fichajes ya estaría abierto.

«La voluntad es que las competiciones se tienen que finalizar y, si es posible, el 30 de junio, pero no es muro infranqueable, si se tienen que recuperar más adelante se recuperarán», Rubiales fue directo. Siempre desde igualdad, la homogeneidad y la justicia, «con la clasificación ganada en el campo». Descartó cualquier cambio de formato para la 2019/20 o de cerrar la clasificación tal como está... salvo que la UEFA le obligue, algo que sólo se produciría por el caos en la emergencia sanitaria. Primera se jugará a 38 jornadas, habrá final de Copa del Rey, dos ascensos, play-off y así sucesivamente. Todo con aficionados en la grada, salvo que no haya otro camino. La reglas no van a cambiar en marcha. Lo que no descartó, en caso de ser necesario es cambiar las fórmulas para la temporada 2020/21 según las necesidades del calendario. Rubiales empleó su posición de fuerza, pero sin el favor de LaLiga y de los clubes lo tiene imposible. El presidente de la RFEF apostó por respetar la salud de todos los que forman parte del fútbol, siempre dispuesto a ayudar al Gobierno. También garantizó las ayudas a los clubes no profesionales, al fútbolsala, al femenino. «No queremos incertidumbre, la Federación va a pagar hasta el último euro comprometido». El mensaje de tranquilidad contrasta con la incertidumbre generada por Tebas, cuyo negocio depende de los derechos de TV e insinuó que el responsable de LaLiga privilegia el negocio sobre los valores del deporte o la salud. que parece no poder garantizar (el 25% que resta) si no se juegan los partidos. En eso coinciden: hay que jugar. Rubiales es consciente de que todo depende de un gran pacto, del acuerdo que se perfiló en Nyon y abrió las puertas de la RFEF a todos. «Tebas no me ha llamado en los últimos días y yo tampoco», aseguró. Suena muy responsable.