En el Villarreal el parón por la crisis sanitaria del coronavirus llegó en el momento en el que la defensa 'titular' estaba asentándose por primera vez en todo el curso. En verano, cuando se perfiló el teórico once, esa pareja Pau Torres-Albiol más Rubén Peña y Alberto Moreno por los costados se antojaba el pilar desde el que construir la fortaleza amarilla. Sin embargo, las lesiones del lateral izquierdo, la falta de confianza del derecho y la breve lesión del joven central acabaron por no dar continiudad a una línea de cuatro en la que Albiol ha sido el único en estar disponible siempre exceptuando el duelo en La Cerámica contra el Celta de Vigo. Y curiosamente, cuando por primera vez los cuatro líderes de la zaga jugaron tres partidos de manera consecutiva, el Villarreal perdió todos ellos.

La temporada no ha sido fácil en clave amarilla. Y menos en el aspecto defensivo. El Submarino solo ha sido capaz de dejar la portería a cero en seis ocasiones en todo el curso y la falta de regularidad es seguramente la principal culpable. El primero en perderse un choque fue Alberto Moreno. Las lesiones han impedido al lateral izquierdo rendir según lo esperado. Sus problemas con las lesiones fueron continuos y nunca los ha logrado dejar atrás. Hasta el punto de que tres partidos consecutivos es su récord en la actual temporada. Sin exceso de ritmo, cuando ha jugado ha completado buenas actuaciones con otras más discretas. Y ese es tal vez su gran problema: no haber encontrado la regularidad hasta la fecha.

En el otro lateral, en el derecho, aparece la figura de Rubén Peña. El exjugador del Eibar aterrizó en La Cerámica como uno de los mejores en su posición en la temporada 2018/19. En un equipo, el de Mendilibar, que acostumbraba a pasar gran parte del tiempo de juego en campo rival, el ahora jugador amarillo se le veían fácilmente sus virtudes. En combinación en corto, en explosividad a la espalda de la defensa rival y en esos centros secos y fuertes a la cabeza de jugadores como Enrich, Charles, Kike García y compañía. Su fichaje fue una oportunidad de mercado. Sin embargo, el lateral solo suma una asistencia y un gol, curiosamente este último anotado jugando por el perfil izquierdo. Su peor momento llegó contra el Celta de Vigo en casa. Señalado en los goles, Calleja le sacó del once en los siete siguientes encuentros donde tan solo sumó 41 minutos en total. El parón sin embargo llega en el peor momento para él, justo cuando había cogido tono y llevaba seis titularidades consecutivas.

En la defensa es donde el Villarreal ha vivido las mayores alegrías. Incluso llevando a ambos futbolistas a la selección absoluta. Albiol y Pau Torres son totalmente complementarios. El primero; diestro, contundente y veterano. El segundo; zurdo, más calmado y con una de las mejores salidas de balón en LaLiga Santander. El exjugador del Valencia y Napoli, entre otros, solo se ha perdido un partido, ha demostrado estar en un gran estado de forma, y salvo errores muy puntuales su temporada está siendo de notable alto. De hecho, el crecimiento de Pau va estrechamente ligado a la figura que tiene al lado. El canterano, que el curso pasado se curtió en el Málaga en segunda, ha demostrado una superioridad incontestable en todos los ámbitos. Ha crecido en el cuerpo a cuerpo y en el carácter, tal vez el aspecto en el que puede evolucionar aún más. Por su parte, en salida de balón es exquisito y da sentido a todo lo que viene después en el centro del campo con jugadores como Iborra, Trigueros y Cazorla.

Ahora la incógnita a desvelar es si a la vuelta Calleja podrá volver a contar con los cuatro teóricos titulares. Sobre todo porque Mario Gaspar y Quintillà en los costados también demostraron buen rendimiento cuando tuvieron que saltar al verde. En cualquier caso, lo que está claro es que la defensa ha sido uno de los grandes problemas para el técnico. Sin estabilidad y con un nivel irregular, el cuadro amarillo tenía ahí un gran 'debe' por resolver. Y deberá tratar de abordarlo a la vuelta.