Ozil vive un estado de controversia en el Arsenal después de una temporada de irregularidad y en la que las críticas sobre su rendimiento han sido tendencia en Londres. Mikel Arteta dejó fuera de la convocatoria al alemán y el técnico argumentó que fue por cuestiones tácticas, pero tras la derrota frente al Manchester City dejó a entrever que no está en condiciones de entrar en sus planes.

"He sido muy abierto con Mesut. Desde que me uní al club, pensé que estaba en forma, dispuesto y que quería actuar al nivel que puede hacerlo. Creo que ha jugado todos los partidos conmigo. En el momento en que vea que está listo nuevamente para hacerlo, lo trataré como a cualquier otro", apuntó el técnico gunner.

Sin embargo, el entrenador español tomó la decisión para darle un toque de atención. Su estado de forma no es óptima, su compromiso está dejando que desear y su aportación sobre el verde es, a día de hoy, menos determinante que la de otros futbolistas. Un contexto que no beneficia ni a uno ni otro pese a que el exayudante de Guardiola sea transparente con él. "Estaba muy bien conmigo. No hubo ningún problema en absoluto. Mis conversaciones con Mesut permanecerán entre él y yo. Lo que puedo decirte es que fue una conversación completamente buena, honesta y clara. Eso es todo".

Todo ello, en un escenario poco rentable para el Arsenal. El mediapunta es el futbolista que más cobra de la plantilla -alrededor de 15 millones de euros- y ni su comportamiento ni su productividad son eficaces. Pese a ello, Arteta confía en que recupere su mejor versión para ayudar a su equipo a quedar entre los cuatro primeros y así entrar en Liga de Campeones.

"Le han sucedido muchas cosas en las últimas semanas y tengo que respetar el tiempo de cada jugador. A veces necesitan un poco de tiempo. Ha sido difícil entrenar en los últimos dos meses para preparar a los jugadores y, una vez más, soy el primero que quiere a Mesut en el mejor de los casos. Voy a ponerlo en el campo cuando piense que puede dar lo mejor de sí", indicó.