El segundo mejor equipo, desde que LaLiga Santander retomó su actividad deportiva tras la crisis del coronavirus, recibe al segundo clasificado de la competición en un notable momento de forma. El culpable del rendimiento groguet es un Javi Calleja pletórico, satisfecho y feliz de ver cómo está respondiendo su equipo ante la exigencia de entrar en Europa. "Personalmente vivo un momento feliz, en el que están saliendo las cosas y en el que veo que el equipo juega bien y gana, a lo que se suma que me identifico con lo que veo en el terreno de juego", se sinceró el técnico en rueda de prensa.

Quintos en la tabla y con margen suficiente para asaltar la cuarta posición, huye de confianzas y de teorías que coloquen a sus hombres en una posición lo suficientemente elogiable como para que desestabilice su candidatura a entrar en plazas europeas. Getafe y Real Sociedad empiezan a despertar y no tiran la toalla en su plan de pugnar por los mismos sueños por los que suspiran en La Cerámica. "Estamos bien, pero en el fútbol no te puedes relajar. Debemos seguir igual si queremos alcanzar el objetivo. Ahora tenemos el enfrentamiento con el Barcelona, después tenemos al Getafe y a la Real Sociedad que son rivales directos, por lo que pueden ser definitivos", dijo.

Viendo las estadísticas y evaluando la puesta en escena de cada futbolista, da la sensación de que el Villarreal es una máquina perfecta. Que no tiene defectos que pongan en tela de juicio su momento. No en vano, al preparador amarillo le preocupa que el equipo "se lo crea" y que pierda el rumbo aturdido por los elogios procedentes del exterior. Ni mucho menos hay nada conseguido. "Lo que me preocupa es que nos lo creamos, en el sentido de que nos pensemos que está todo hecho. Quedan cinco partidos y debemos seguir por la línea que nos ha llevado hasta aquí, con trabajo, humildad, y no creernos que está todo hecho. Tenemos una recta final muy complicada, con partidos como el del domingo, y con rivales directos, por lo que nos queda mucho por disputar. No podemos caer en la euforia y debemos saber que está bien lo que hemos hecho, pero debemos esperar a final de temporada para celebrar lo conseguido".

Delante, un Barça sumergido en una crisis institucional y de resultados. Sobre todo, después de conocerse que Messi no quiere renovar su contrato. Con el título de liga perfilado para el Madrid, la entidad azulgrana se tambalea por múltiples de cuestiones que son tendencia en la sociedad futbolera. Sin embargo, Calleja hace oídos sordos. Se centra en lo futbolístico y se desvía de lo que no gira en torno a la pelota. "De los rivales y de su situación interna no quiero hablar, vuelvo a repetir que lo que escucho y leo es lo que puedo saber, pero no vivo el día a día de ese equipo. Por eso, solo me centro en mi equipo, solo me interesa lo mío y por cómo estamos de motivados y concentrados. Creo que mi equipo llega con opciones de poder ganar para seguir en la lucha por Europa, por lo que lo afrontamos con la ilusión y el convencimiento de que lo podemos ganar", finalizó.