Jose Mourinho no deja de sorprender a través de sus inauditas declaraciones. La última de ellas, anoche después de que su equipo, el Tottenham, venciese al Everton para seguir en la lucha por entrar en la Europa League. En un partido en el que Hugo Lloris y Heung-min Son, dos miembros de su plantilla, estuvieron a punto de llegar a las manos, el técnico portugués considero que fue "algo hermoso".

Sin embargo, se encargó de explicar su argumento. Al filo de la primera mitad, el coreano no defendió una jugada del adversario y el guardameta galo, cuando el colegiado señaló el término de los primeros 45 minutos, fue a buscar al atacante para recriminárselo, hasta el punto de que sus compañeros tuvieron que separar a ambos. Pese a ello, Mourinho se sintió orgulloso porque les pidió que fueran exigente entre ellos si querían entrar en competiciones del viejo continente.

"Lo que pasó fue hermoso. Si quieren culpar a alguien de lo que ocurrió, ese soy yo. Fui muy crítico con mis chicos porque ellos no eran lo suficientemente exigentes con ellos mismos. Les pedí que fueran más rigurosos con ellos mismos y más exigentes con el otro. Al final del primer tiempo sucedió lo de Son. Él es un chico increíble que todos quieren y que juega en equipo. Pero en ese momento Lloris pensó que tenía que dar más. No sé si fue un poco forzado o no, pero fue importante para que el equipo creciera. Deben exigirse unos a otros y tener personalidades fuertes", explicó posteriormente en rueda de prensa.