La liga japonesa de fútbol ha decidido cancelar el partido que estaba previsto para este domingo entre el Nagoya Grampus y el Sanfrecce Hiroshima, después de que dos jugadores y un empleado del primero de ambos equipos dieran positivo por COVID-19.

La cancelación del partido, correspondiente a la séptima jornada de la primera división nipona y previsto para este domingo en el estadio Edion de Hiroshima, es la primera desde que la J-League se reanudara el pasado 4 de julio, tras un parón de cuatro meses debido a la pandemia.

Esta decisión llega después de que el Nagoya Grampus notificara que su centrocampista Shuto Watanabe y un empleado del club habían dado positivo por coronavirus en test PCR, contagios que se suman al registrado esta semana en el defensa del mismo equipo Kazuya Miyahara.

Un total de 60 jugadores y empleados del Nagoya Grampus han sido sometidos a test PCR, según informó el club.

Antes de que se reanudara la primera división nipona a comienzos de julio, otros dos jugadores del mismo equipo dieron positivo por coronavirus. Los dos recibieron tratamiento médico, se recuperaron y han estado jugando desde el reinicio de la competición.

La J-League se reanudó bajo un protocolo de seguridad que incluía que todos los jugadores se hicieran pruebas del virus antes de reincorporarse a los entrenamientos, además de someterse a test regulares cada dos semanas.

Asimismo, las primeras jornadas tras la reanudación se jugaron sin público, aunque desde el 10 de julio se permitió el acceso de espectadores a las gradas aunque con limitaciones de aforo y otras medidas preventivas.