Nagelsmann y el RB Leipzig son nombres propios en las últimas horas. El equipo de moda en Europa. Por la eliminación al Atlético de Madrid, pero sobre todo por la forma en la que lo ha logrado. El gol en el 88’ puede desprender cierto sufrimiento —lo hubo— pero la superioridad germana fue evidente y solo un arrebato de orgullo de Joao Félix estuvo cerca de permitir a los rojiblancos rozar las semifinales. Al final, triunfo para el equipo dirigido por el joven técnico, que hizo historia y se colocó a la altura de Bayer Leverkusen y Villarreal como los únicos tres que han pisado zona ‘Top-4’ sin haber ganado su competición doméstica. Y es que los del Red Bull Arena están siendo como ese Submarino de la 2005/06: aire fresco, buen juego y batalla de tú a tú ante los grandes.

El Villarreal de Pellegrini fue en esa temporada algo similar a este Leipzig. No tanto en variantes o en cuanto a situaciones de juego sino en esa valentía ante cualquier rival que se le pusiera por delante. En la portería hubo cambios de cuartos de final a semifinales. De Viera a Barbosa. En defensa, multitud de recursos, una capacidad de resistencia encomiable y la sensación de que el grupo estaba conectado siempre. Actuaciones corales más que individuales. Un ejercicio de ir todos a una que llevó a jugadores como Javi Venta, Peña, Quique Álvarez y Arruabarrena a hacer pequeñito a uno de los mejores onces del Inter de Milán en las últimas décadas. Con una defensa formada por Materazzi, Samuel, Zanetti y Córdoba y un centro del campo con jugadores como Cambiasso, Verón, Figo y Stankovic más Recoba y Adriano arriba. Uno de los cuadros más potentes del continente no fue capaz de superar a los de Pellegrini en la ida y en la vuelta, un tanto de Arruabarrena hizo que los del ‘Ingeniero’ se metieran en las semifinales.

Si el envite del Villarreal ante el Inter de Milán era potente, el choque contra el Arsenal también se asumía como un reto mayúsculo. Un cara a cara ante Gilberto Silva, Lehmann, Henry, Fábregas y compañía. Y la obsesión ‘gunner’ por alzarse con la Champions obligaba a un esfuerzo extra para un equipo debutante como el Submarino, que se las veía por primera vez en un escenario de esa magnitud.

En la ida el equipo dio la cara. Perdió 1-0 en Londres y en la vuelta todo pudo pasar. Tanto que el conjunto dirigido por Pellegrini se puso a un penalti de meterse en una prórroga y disputar de tú a tú unos 30 minutos históricos en busca del billete a la final. Pero Riquelme falló ante Lehmann, Roig se caía del asiento y el Submarino se veía fuera de ese ‘Top-4’ pero con media Europa aplaudiendo al cuadro amarillo. Su juego, su valentía y esa capacidad para no temer a los rivales le pusieron en lo más alto del panorama continental. Algo similar a lo que está haciendo ahora el RB Leipzig. Los de Red Bull, con una fuerte inversión detrás, están ofreciendo un fútbol total y ahora ven al PSG como el único rival antes de la gran final. Si lo logran, igualarán al Bayer Leverkusen como el único sin ser campeón de su liga en estar a un partido del título.

El KO contra el Madrid

El Bayer Leverkusen llegó a la final de Glasgow para competir contra el Real Madrid en la final de Champions. Con jugadores como Lucio, Ballack o Basturk. También con Berbatov. Una plantilla con un gran juego y ADN alemán. Sin embargo, Butt estuvo mal, Zidane se inventó un golazo y Casillas salvó todo en los últimos momentos. Es el equipo que más cerca ha estado de levantar la ‘orejona’ sin haber sido antes campeón de liga. ¿Lo logrará el RB Leipzig este curso?