Las heridas en el fútbol se sanan ganando, pero los proyectos que tienen miras elevadas necesitan triunfos de prestigio para creer en el boceto que se tiene en mente. El Villarreal, pese a contar con mimbres renovados en el banquillo desde el primer día, y a poseer aire fresco y talentoso en forma de incorporaciones, todavía se encuentra intentando descifrar los códigos de sus aspiraciones. Aunque sean los primeros coletazos competitivos, Unai Emery tiene trabajo por delante si su finalidad es interpretar qué conclusiones puede extraer del rendimiento de sus jugadores. No en vano, los tres puntos conseguidos contra el Alavés tuvieron repercusión moral. Y la visita al Wanda Metropolitano, una plaza difícil de torear, puede ser el empujón que necesita el cuadro de la Plana Baixa para creerse que tiene capacidad suficiente con la que aspirar a posiciones de prestigio en la tabla de LaLiga Santander.

Las derrotas, sea cual sea el escenario, se quieren revertir con victorias de la manera más inmediata posible. La lograda ante el cuadro comandado por Pablo Machín, además de suponer tres puntos que catapultaron a los amarillos hacia plazas elevadas de la clasificación, reforzaron el estado anímico de una plantilla que salió desanimada una vez fue sacudida del Camp Nou con una goleada. También, despertaron la química entre la pareja de baile en ataque. Gerard Moreno y Alcácer vieron portería, llegaron a cifras reputadas en la élite del fútbol español (cien y cincuenta respectivamente) y amenazan con contrastar las sensaciones de la dupla que tiene el Cholo Simeone a su disposición. Respaldados por un Iborra que, tras aprovechar la baja de Coquelin con una notable participación, apunta a la titularidad y un Estupiñán ya recuperado.

El técnico rojiblanco, a pocas horas de que el colegiado del choque pite el inicio, deshoja la margarita para despejar dudas. Para concretar si es más beneficioso para los suyos sacar a Diego Costa desde la partida o a Luis Suárez, fichaje estrella de la entidad colchonera, ante la certeza de que Joao Félix, a día de hoy, posee el cartel de indiscutible, al menos de inicio. El uruguayo bombardeó las expectativas contra el Granada con dos goles y una asistencia en veinte minutos, pero, después de reventar el techo depositado tras su fichaje, diluyó su irrumpió debido a sesenta pobres minutos en Huesca. Sin embargo, el argentino está satisfecho con ambos y los dos saben qué se espera de ellos, aunque Suárez continúe despertando ilusión entre la disciplina colchonera. Más allá de cuál será el ataque que hile, el Villarreal tiene la lección aprendida tras el correctivo culé. Su mentalidad será la de ser valientes y plasmar la versión de la segunda mitad del Camp Nou. Pero por encima de todo, ganar y dar un golpe de gran autoridad.

Alineaciones del Atlético - Villarreal: