Este Villarreal CF no tiene techo y este sábado ha vuelto a demostrarlo. El equipo de Unai Emery minimizó al Real Madrid, que desperdició la ventaja de haberse adelantado en el minuto 2 con un buen gol de Mariano y acabó pidiendo la hora. El acoso y derribo de los ‘groguets’ fue constante en la segunda mitad hasta que Gerard Moreno, de penalti, puso el 1-1 en el luminoso. Un empate más que merecido y que incluso se queda corto para los méritos que hicieron los amarillos en el tramo final del encuentro.

Eso sí, el partido no pudo comenzar de peor forma. El 0-1 fue un tanto evitable y polémico. Kroos colgó el esférico desde campo propio, Carvajal se incorporó al ataque, controló y se encontró con Pedraza. El lateral intercedió en el pase que el madridista quiso meter de primeras a su compañero Lucas Vázquez, que estaba en fuego. El linier levantó el banderín porque el balón iba para el atacante, pero nunca llegó a interceder en la jugada. Pedraza quiso controlar, pero perdió el balón, facilitó el centro de Carvajal... y llegó el tanto de Mariano. Dos minutos necesitó el equipo de Zidane para adelantarse y poner tierra de por medio en La Cerámia.

El gol mermó al Villarreal, que no reaccionó en toda la primera mitad. Solo un tímido cabezazo de Parejo, que se marchó alto, puso en aprietos a Courtois. [Resultados y clasificación de LaLiga]

Los blancos, con Mariano como único atacante disponible por las ausencias de Benzema (lesión) y Jovic (coronavirus), estaban bien plantados. Odegaard fue el nexo de unión perfecto entre Modric-Kroos y el ataque. Mariano y Lucas Vázquez conectaron con peligro varias veces e inquietaron a la defensa del Submarino.

Cambio de chip

Tras el refresco, Emery movió ficha y cambió el rumbo del partido. El equipo local subió la línea de presión y llegaron los errores de la zaga blanca, formada por Varane y Nacho por la ausencia de Sergio Ramos. De una precipitación en la salida de balón del Real Madrid llegó un mano a mano clarísimo; fue el primer aviso del Submarino. Trigueros filtró al espacio a Gerard, el más móvil y el más preciso de los ‘groguets’, y éste la cruzó en exceso con Courtois semi-vencido.

A falta de media hora, Emery movió el banquillo y los cambios surtieron efecto. El técnico apostó por Yéremy y Estupiñán para explotar el carril zurdo, donde Carvajal se vio muy superado. Mientras, Chukwueze fue el puñal que agitó el costado contrario. Sorprendió el preparador vasco apostando por el canterano canario antes que por Kubo, que entraría más tarde. Con las nuevas bandas, Moi Gómez se perfiló por dentro y el Villarreal CF jugó su mejor fútbol.

Estupiñán, que solo había entrenado un día con el grupo tras su vuelta de la selección, revolucionó el partido. El ecuatoriano se hizo el dueño de la banda en todos los sentidos; en defensa fue al límite y no dio opciones a Lucas y en ataque ganó con frecuencia la línea de fondo. En una de esas opciones, sirvió con fuerza un gran centro, pero Parejo -que llegaba desde la segunda línea- no atinó en el remate.

El dominio fue a más y finalmente llegaría el premio del gol. De nuevo Estupiñán fue el protagonista; el lateral sirvió en profundidad para Chukwueze y el nigeriano provocó un penalti tras regatear a Courtois. Gerard, infalible desde la pena máxima, convirtió su tanto número 5 en LaLiga. La remontada pudo llegar en descuento, en un contragolpe. Kubo, que salió en el 89’, se plantó solo ante Courtois después de una gran acción del ‘7’, pero se hizo un lío y el belga acabó parando abajo. El punto supo a poco por las ocasiones desperdiciadas para empatar y la última clarísima para darle la vuelta al marcador.