Las conclusiones de la autopsia concluyeron que Diego Armando Maradona falleció el pasado 25 de noviembre como consecuencia de un "edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada", pero las investigaciones para esclarecer las circunstancias en que se produjo el fatal desenlace no han acabado. Oficialmente, su organismo se descompensó y sufrió un paro cardíaco, al que no sobrevivió porque no pudo ser reanimado por médicos y enfermeros, aunque habrá que esperar todavía algunos días para conocer algunos datos clave, como los resultados de los análisis toxicológicos que ya han comenzado a realizarse y precisarán si durante las horas previas a su fallecimiento Maradona.

Las dudas sobre los hechos ocurridos en los últimos días del 10 aumentan cada día. "Por un lado se intenta determinar si hubo una mala praxis o negligencia médica después de la operación a que fue sometido Maradona hace un mes. Ingresó el día 2 de noviembre por un cuadro de anemia y deshidratación, horas después era operado de un hematoma subdural en la cabeza. El día 11 fue dado de alta, su familia y allegados descartaron ingresarlo en un centro médico y se trasladó a la casa una casa en el barrio privado San Andrés de Tigre, donde fallecía dos semanas después.

Por otro, se investigan las atenciones y cuidados médicos que tuvo a su disposición durante esos días previos a su muerte. Ha trascendido que esas condiciones eran deficientes, al menos sufrió una caída en la que se golpeó la cabeza, en el lado contrario del que fue operado, al parecer sin más concecuencias, aunque según palabras de su abogado tampoco fue trasladado a ningún hospital para que le realizaran pruebas. En cualquier caso, la autopsia descartó que existieran indicios de muerte violenta.