La fórmula mágica de Marcelino para volver a ganar un título

Marcelino García Toral ha vuelto a hacer historia. Ya lo hizo en el Valencia CF en 2019 con la consecución de un Copa del Rey que siempre quedará guardada en el corazón del valencianismo (al que recordó tras levantar su segundo título) y ahora lo ha vuelto a hacer con el Athletic. Apenas lleva tres partidos al frente del equipo vasco, pero el asturiano ya ha sido capaz de imponerse con autoridad al Real Madrid y al Barça para volver a hacer campeón al conjunto de San Mamés.

A destacar, sobre todo, la lección táctica del míster ante el Barça de Koeman y también ante el Real Madrid de Zidane. Los culés no pudieron superar la presión alta de los rojiblancos, pero tampoco ganaron en actitud e intensidad a los leones. En definitiva, el Athletic se llevó en la prórroga (2-3) un título merecido y se hizo justicia en La Cartuja.

El método de Marcelino: éxito total en San Mamés

El equipo bilbaíno logró por tercera vez sumar una Supercopa de España a sus vitrinas. Y gran parte del mérito lo tiene Marcelino y su cuerpo técnico. Su método ha calado rápido dentro del vestuario y éste ha respondido a la perfección a las exigencias del preparador, fiel a su 4-4-2 con el que siempre logra exprimir y sacar el máximo rendimiento a sus plantillas.

"Ellos son esponjas y es increíble lo que pelean y trabajan. Tenían entre ceja y ceja ganar este partido y nosotros estamos muy orgullosos de ellos", manifestó Marcelino tras proclamarse campeón. "Disfrutamos del trabajo porque nos lo hacen muy fácil", añadió a su vez en referencia a la predisposición del equipo y a cómo ha interiorizado la idea de su staff técnico.

Marcelino ha sido, a su llegada a San Mamés, fiel una vez más a su sistema. Su tradicional 4-4-2 (juega así con todos sus equipos porque piensa que es el sistema idóneo para equilibrar las plantillas) sienta como anillo al dedo a la plantilla del Athletic. Si a ello se le suma el plus anímico inyectado en la plantilla o el protagonismo que ha dado en sus primeros partidos a futbolistas con roles más específicos, la suma de todo ello es un cambio total de imagen del Athletic en cuestión de días.

Por ejemplo, ha apostado por Muniain en la izquierda buscando su fuera/dentro para ganar profundidad con el lateral; ha dado protagonismo a Vencedor en el doble pivote; a De Marcos como hombre de ataque (suyo fue el 1-1 ante el Barça) pero muy comprometido con Capa en el carril diestro o ha alineado a Williams en la punta junto a Raúl García. Además, también ha potenciado a Villalibre, otro de los protagonistas en la final de Sevilla, aunque sea desde un rol de revulsivo.

Además, si algo ha caracterizado a la puesta en escena del Athletic de Marcelino es su presión alta, algo que no siempre ha hecho con sus equipos. No renunció a ella en el tramo final de la semifinal ante el Real Madrid cuando los blancos estaban volcados en busca del 2-2, ni tampoco contra el Barça en los 120 minutos disputados.

Un Athletic enchufado con Marcelino

De la Supercopa y del título de Marcelino se pueden sacar dos datos muy interesantes. El primero, que el míster suma dos títulos en sus últimos siete partidos (Copa del Rey y Supercopa de España); y el segundo, que solo ha logrado ganar al Barça 2 veces en 23 partidos pero en ambas ocasiones fue para levantar un trofeo.

"Llevo poco en Bilbao, pero la verdad es que ha sido productivo", dijo tras el partido. También se deshizo en elogios afirmando que el "mérito es de los jugadores que el año pasado se ganaron el derecho a estar aquí". Pero la realidad es que todos están encantados con el asturiano, también el presidente Aitor Elizegi. "Entiende perfectamente lo que necesitamos", aseguró en los micros de El Partidazo de COPE en plena fiesta del Athletic.