El Villarreal CF sorprendió en El Alcoraz con un novedoso sistema, un 3-4-2-1 que lejos de 'agitar' al Submarino tras el empate (2-2) logrado ante el Granada, lo estancó aún más. Los hombres de Unai Emery tuvieron el balón, pero de nuevo echaron en falta la presencia de Gerard Moreno. Sin el '7', como ya ocurrió en La Cerámica, se vieron perjudicados por la falta de ideas en la zona de creación y por el poco acierto de sus atacantes, que apenas conectaron con los centrocampistas. Esta vez, Bacca en lugar de Fer Niño mientras que Alcácer, que debe sumar minutos de forma progresiva tras su lesión, esperaba su oportunidad en el banco.

Emery buscó hacer daño con profundidad de Peña y de Pedraza. Pero ese nuevo sistema, con Funes Mori como invitado sorpresa en el once para apuntalar la zaga, acabó convirtiendo a los amarilos en un equipo previsible y ultradefensivo. Y así fueron pasando los minutos y esta vez los cambios llegaron tarde y no sirvieron para decantar el encuentro. Solo Yéremy, que ingresó a falta de media hora, metió ese plus de nervio y de electricidad por el costado zurdo. Pero ni así el cuadro castellonense fue capaz de marcar un gol ante la SD Huesca, colista de la tabla y conjunto que sumó su primera portería a cero desde el choque ante el Alavés (1-0) de mediados de diciembre; el único que ha logrado ganar esta temporada.

Demasiado respeto se guardaron ambos equipos desde el inicio del partido. En realidad, se medían los dos conjuntos con más empates en su casillero (9). Parecía que entre ambos había una idea compartida: había demasiado que perder con una derrota, cuando la realidad es que los aragoneses tienen que comenzar a sumar de tres en tres si quieren salvar la categoría con su nuevo técnico, Pacheta; y los amarillos no pueden fallar en este tipo de escenarios si de verdad buscan aspirar al puesto Champions. Y con esa racha y esa sensación, el 0-0 fue la conclusión final.

El Villarreal buscó implantar su propuesta de toque desde el inicio, pero desde los primeros compases se notó la falta de fluidez en el juego colectivo del equipo. También faltó velocidad en la circulación de la pelota. Y pese a estar tan espesos, los 'groguets' fueron los primeros que se asomaron a la puerta contraria. Parejo, desde la frontal, conectó un disparo que se machó desviado de la portería defendida por Álvaro Fernández en el 19'.

Por su parte, también fue un 'groguet', pero vestido de azulgrana, el que generó el único intento del cuadro altoaragonés antes del descanso. Javi Ontiveros, extremo cedido en el cuadro de Pacheta, se deshizo de la defensa y buscó su clásico disparo, aunque éste no vio puerta.

Emery tardó en reconocer el 'error'

Salió con una marcha más a nivel de ritmo el cuadro amarillo tras el descanso, pero tampoco estuvo cerca de abrir el marcador. La más clara la tuvo Moi Gómez, llegando desde la segunda línea, en el minuto 51. Combinó bien el Villarreal: Parejo buscó a Pedraza y el lateral cedió al centrocampista, pero el disparo de Moi, en una posición inmejorbale para fusilar, fue manso y fue directo a las manoplas de Álvaro.

La respuesta del Huesca no se hizo esperar y Ontiveros buscaría el 1-0 solo un minuto después. El malagueño se marchó entre Rubén Peña y Albiol con un buen recorte, pero de nuevo fallaría en el golpeo, que además desvió Funes Mori para interrumpir su trayectoria.

Se echaba el tiempo encima y Emery decidió mover el banquillo. Paco Alcácer, que venía de fallar un penalti en el descuento y que pudo significar el triunfo ante el Granada, y Yéremy sustituyeron a Trigueros y Bacca. Sería precisamente el canterano canario el único de los cambios que avivó a los amarillos. En el 67' recibió dentro del área y buscó un golpeo a pierna cambiada. Álvaro no llegó y el esférico se marchó rozando la madera.

No mermó esta acción al equipo azulgana, que pese a no disponer de ocasiones claras tampoco se debilitó en defensa. Solo los errores en la salida de una imprecisa defensa local parecían empujar al Villarreal, que ganó algo más de profundidad con la entrada de Estupiñán. Pero ni así. El lateral ganó la línea de fondo ya en el tramo final, pero la defensa local cortó un 'pase de la muerte' con dirección Alcácer.

Emery, ya desesperado, renunció a su defensa de tres para meter a Fer Niño e incluir dos delanteros. El nuevo sistema no había funcionado, pero el vasco lo reconoció a falta de seis minutos para el final y ya era demasiado tarde. Y así murió el partido. Con la sensación de frustración para los amarillos, que no encontraron la forma de hacer daño a un ordenado Huesca a nivel defensivo. Faltó claridad en ataque y olfato goleador. Y de nuevo la ausencia de Gerard Moreno, al que se echa mucho de menos. Sin el '7', ya son dos empates consecutivos y que tuvieron que ser victoria.