Al descanso del encuentro del Martínez Valero pocos podían imaginar el empate final entre Elche y Villarreal. Los primeros 45 minutos del duelo entre ambos mostraron a un Submarino totalmente superior a su rival. Tanto en ataque estático como a la contra. Y además, a diferencia de las últimas jornadas, Gerard Moreno sí estaba para decantar la balanza. El delantero hizo un doblete y enseñó el camino a la victoria. Pero curiosamente con su salida del campo, ya con 1-2, el Elche creció y los de Emery se hicieron pequeñitos. Y al final, el empate no deja a ninguno contento. Porque la Champions no se acera, ni el descenso se aleja.

El Villarreal comenzó con dominio total y absoluto. Control del centro del campo, sin apuros en defensa y con Paco Alcácer y Gerard Moreno conectando en la punta de lanza. En ese contexto el Elche demostró nervios y poco a poco fue encerrándose en su propia área tanto que las ocasiones amarillas empezaron a llegar. Una detrás de otra. Y el primero de la tarde no tardó en llegar. Trigueros buscó a la espalda de la defensa ilicitana y encontró a Paco, que paró el tiempo y le cedió de cara para Gerard Moreno. El de Santa Perpetua de la Moguda, con el interior de su bota, acertó ante Badía y ahí se abrió el marcador.

El Villarreal seguía creciendo en el partido y el Elche, desesperado, no sabía por donde venían los jugadores amarillos. En el minuto 25 sin embargo llegó la primera mala noticia para el Submarino. Coquelin, que llegó a la ayuda en una contra ilicitana, recibió un gran golpe de Lucas Boyé y ahí se terminó el encuentro para el francés. Emery, que tampoc tenía a Capoué a su disposición, apostó por Foyth como pivote. El Villarreal las siguió teniendo con 1-0 a favor. Paco Alcácer tuvo un mano a mano con Badía que desperdició y al que llegó tras una gran carrera pero pocos minutos después Gerard Moreno no perdonaba. Un pase de Jaume Costa, ayer lateral derecho, lo terminó el '7' con un disparo desde la frontal que sorprendió a Badía.

El 0-2 hacía presagiar una gran tarde para el Villarreal. Pero terminó siendo todo lo contrario. La segunda parte empezó con un sorprendente gol de Carrillo tras un gran centro desde la derecha. Y un minuto después llegó el cambio de Gerard Moreno, con alguna molestia física, y el partido dio la vuelta por completo. De tener el control el cuadro amarillo a ver cómo Badía no tenía que intervenir prácticamente en todo el segundo periodo. Nadie encontraba a Alcácer, Yéremi Pino entró pero apenas generó, Bacca tampoco sumó en ataque y Parejo-Trigueros estaban excesivamente alejados de ese último pase. Y en ese escenario, el Elche encontró la situación perfecta para crecer. Sin llegar tampoco a meter miedo a Asenjo, pero sí con una clara mejoría. Con una diferencia mínima en el marcador cualquier acción podía decantar la balanza para un lado o para otro. El Villarreal estaba a uno de sentenciar y el Elche a un gol de empatar y meterse de lleno en el encuentro en busca de la victoria. Y eso fue finalmente lo que sucedió. Una espectacular falta lanzada por Rigoni acabó en la madera pero el rechace le llegó a los pies de Lucas Boyé, que no falló con la portería vacía. Y el 2-2 ya no se movió.