El complicado futuro de Sergio Ramos

Son malos tiempos para Sergio Ramos. A su inesperado descarte de la lista de Luis Enrique para la Eurocopa se suma que, a poco más de un mes para que finalice su contrato con el Real Madrid, no hay ningún equipo que esté dispuesto a mejorar la oferta a la baja que le ha presentado Florentino Pérez para renovar, segun explicó Antonio Romero en 'El Larguero', de la Cadena Ser.

Los problemas físicos sufridos por el capitán del Real Madrid han lastrado su temporada y no han ayudado precisamente a que los grandes clubs europeos se hayan decidido a hacer una apuesta firme por su fichaje. El camero solo ha jugado 21 de los 58 partidos oficiales disputado por el conjunto blanco esta temporada, tras encadenar dos lesiones musculares y una operación de menisco por medio.

Desde luego, tampoco le ha ayudado quedarse fuera de la Eurocopa, donde podría haberse reivindicado y revalorizado. Total, que aunque Sergio Ramos intentara presionar a principios de 2021 con una supuesta oferta millonaria del PSG, la realidad es que ni el club parisino ni el Manchester City, con el que también se le había relacionado, han dado un paso adelante.

Florentino se mantiene firme

Florentino Pérez no se va a mover un centímetro de su propuesta. El presidente madridista le ha puesto encima de la mesa con contrato por una temporada -norma del club con futbolistas que superan los 30 años- y la misma rebaja salarial del 10 por ciento que aplicará a toda la plantilla y que se suma al 10 por ciento acordado la pasada temporada para paliar el descenso de ingresos que ha provocado de la pandemia por COVID 19.

Sergio Ramos pasaría a percibir 9 millones netos a los que se podrían sumar otros dos en función de ciertas variables. El capitán estaría dispuesto a aceptar estas condiciones siempre que el club le añadiera una segunda temporada, pero sin ofertas mejores, no parece fácil que pueda arrancarle esa segunda campaña adicional a Florentino.

Además, según contó también Antonio Romero, el club blanco empieza a contemplar la posibilidad de una revolución dentro de la plantilla que no le importaría que estuviera encabezada por la salida de su capitán. Veremos cómo acaba el culebrón Ramos.