Llevaban diez minutos de partido cuando empezaron las ofensas por parte de cinco jóvenes que se habían subido a la valla.

Una retahíla de amenazas sexuales que se intensificaron en la segunda parte y que esta jugadora ha recopilado por escrito para denunciarlas en las redes sociales. Insultos dirigidos no sólo a ella, sino también a la árbitro. Algo que la colegiada ha reflejado en el acta del partido, explicando que fue al finalizar el encuentro cuando conoció los detalles exactos de los comentarios.

El club apoya a sus jugadoras y la Federación Cántabra de Fútbol va a abrir un expediente y a denunciar los hechos ante las autoridades competentes.