Jackson Martínez se dedica ahora al mundo de la música. Su carrera futbolística, marcada por una explosión tardía y un final por debajo de las expectativas generadas, acabó hace algo más de un año. El ariete cafetero lleva una vida ligada a la religión y la espiritualidad, pero él mismo confiesa en el Canal 1 de Colombia que no siempre fue así y que estuvo perdido en los vicios.

"Tuve una vida de lujuria y alegría en los pecados. Los disfruté porque no los veía así sino como algo normal, como todos los demás. Nunca verás a Dios hasta el momento en que él sea lo único que tengas, así que tomé la decisión de concentrarme en él", explicó el exjugador del Atlético de Madrid.

"En mi caso, comencé a sentir que algunas amistades que tenía me llevaban a fiestas, copas... Estaba rodeado de alcohol, cigarros y muchas otras cosas también" relató, confesando una serie de adicciones que lo llevaron un momento vital complicado de gestionar. Cuando su carrera entró en el tramo final y las lesiones no le abandonaron se centró en escribir y componer sus canciones. Finalmente tomó la decisión de cambiar el balón por el micrófono.