El Manchester United ya asoma en el presente del Atlético de Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones, entre el acelerón de Joao Félix, definitivo para reanimar a su equipo frente a la crisis en El Sadar, y las dudas del conjunto rojiblanco, que aligeró algo del peso de sus inquietudes con el triunfo en Pamplona bajo el liderazgo del atacante portugués, que se postula como titular y protagonista en el desafío del miércoles.

El Atlético sólo ha ganado 13 de los últimos 33 puntos disputados en LaLiga, pero, igual de cierto, que esos 13 puntos los concentra en las siete jornadas más recientes (cuatro triunfos, un empate y dos derrotas), que dejó su portería a cero lejos del Wanda Metropolitano por primera vez en el curso y que derribó una racha de siete duelos sin ganar entre todas las competiciones fuera de su casa, desde que venció el 7 de diciembre al Oporto.

Una "inyección importante anímicamente", según expresó el centrocampista Héctor Herrera, para el desafío que aguarda este miércoles en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Manchester United, al que llega rearmado un futbolista como Joao Félix, reivindicado más que nadie en la victoria en Pamplona, con un gol, una asistencia y sobre todo un factor decisivo que es lo que necesita su equipo.

El paso adelante del delantero portugués, de vuelta a la titularidad dos encuentros después, es un aliciente para la confianza del Atlético y propia del futbolista, que se ha movido en la duda razonable de que su progresión no ha sido tan impactante como se intuía cuando fichó por el club hace dos años y medio (este sábado cumplió cien partidos, con 23 goles), por diversos factores.

No todos son responsabilidad suya, pero sí muchos. No ha triunfado aún en el Atlético de Madrid porque no ha derribado la puerta, porque todas sus cualidades indiscutibles, porque su conducción, sus regates, sus movimientos, sus tiros, su velocidad y, en suma, todo su fútbol de altísimo nivel sólo se ha visto en tramos puntuales.

Y porque la inconstancia está entre sus déficits más visibles desde que llegó al Atlético. Y cuando la encontró, la pasada campaña, los golpes sufridos en el tobillo derecho, con un hueso roto con el que jugó seis meses, redujeron su formidable inicio del curso 2020-21.

Sin fortuna ni rol de actor principal

No ha tenido tampoco fortuna en ese sentido Joao, como tampoco ha encontrado el rol de indiscutible que sí tienen otros en el esquema de Diego Simeone. Lo tuvo en aquel "año de transición" del equipo del que habló el técnico argentino en 2019-20, que también fue un año de adaptación para Joao. Lo concluyó como suplente -y como goleador- en el duelo contra el Leipzig en los cuartos de final de la Liga de Campeones, a único partido, cuando el fútbol aún se reconducía después de la pandemia de Covid-19 que cambió el mundo.

Esa temporada, el atacante portugués fue un titular habitual para Simeone, más al principio de la campaña que al final, pero casi siempre en el once. De los 36 partidos disponible, él jugó de inicio en 28. Un 77 por ciento. Marcó nueve goles y dio tres asistencias. Promedió un tanto cada cuatro encuentros.

Y siguió en el once al inicio del curso siguiente, el que debía ser de su 'explosión' definitiva como rojiblanco, pero finalmente no lo fue. A ello apuntaba su comienzo: 11 partidos, nueve de titular, siete goles y tres asistencias. Fue incontestable. Imparable para sus rivales. Fue su tramo más concluyente en el Atlético, hasta que un golpe en el tobillo derecho, cuyas molestias arrastró desde entonces, frenaron al atacante, que perdió juego, protagonismo y, sobre todo, el sitio en las alineaciones de Simeone. A veces estaba en ellas, a veces no.

"Al inicio estaba muy bien, luego me lesioné y jugué seis meses con un hueso del pie roto. La gente no lo sabía, sólo se enteraron después de la cirugía (cuando se operó del pie derecho al término de la Eurocopa, el pasado verano). Fue mi elección jugar de esa manera para intentar ayudar al equipo. Fue difícil pero me sentí parte de esto, parte del equipo", expresó este mes de febrero en una entrevista a 'The Athletic'.

Del 77 por ciento de titularidades de la primera campaña o del 75 de los primeros doce duelos de aquel curso se pasó al 48 por ciento de los siguientes 29 choques, 14 como titular, en los que sumó apenas tres goles y tres asistencias, en comparación con su rotundo inicio.

Ya restablecido de aquellas molestias, su rol no ha cambiado esta campaña. No es un titular fijo, ni mucho menos, ni siquiera cuando Antoine Griezmann ha permanecido de baja por lesión, dentro de un hábitat actual del equipo que tampoco favorece a nadie. Mucho menos a él, siempre bajo el foco de la exigencia, aunque su partido contra el Granada expresó todo lo que puede ser a finales de diciembre y aunque el duelo contra Osasuna lo reivindicó como uno de los futbolistas más determinantes que pueden sacar al Atlético de un callejón en el que asoma el United.

¿Formará Joao en el once inicial? A ello apunta, aunque hoy es la mitad de titular de lo que podría serlo (ha jugado el 52 por ciento de los duelos que ha estado disponible en esta temporada, 13 de 25), con cuatro goles, cuatro asistencias y ya cien partidos con el Atlético, en la transición aún hacia su eclosión como un fantástico jugador, dentro de un examen constante cuya siguiente prueba es incomparable: el United de Cristiano Ronaldo.