El Barça conquista la cuarta Champions de fútbol sala

La repetición de la final de 2021 tuvo un desenlace muy distinto. El Barça se sacó la espina ante el Sporting de Portugal y conquistó el título. Esta vez no se dejó remontar un 2-0 a favor, sino que amplió el marcador poco después del descanso, y pudo enfilar los últimos minutos con cierta tranquilidad para cobrarse la venganza ante el cuadro portugués un año después. Dulce venganza, con una goleada incontestable en la que colaboró hasta Dídac desde su área.

La cuarta Champions azulgrana (en una década) coloca a la sección a una del Inter Movistar (5), el equipo casi imbatible que construyó Jesús Velasco a partir de que el Barça conquistara la primera (2012). Diez años después, dirige a los azulgranas desde el pasado verano. «Ningún entrenador puede prometer títulos», dijo el técnico en su presentación. No los promete, pero los gana. De momento, ya le ha devuelto la gloria europea al Barça, además de haber conseguido las conquistas de la Copa de España y la Supercopa esta misma campaña. El equipo, además, es líder en la Liga.

Ferrao reapareció el viernes tras su lesión y en la final ya fue titular. Su valioso gol ante el Benfica (el 3-2) y su categoría de ser el mejor jugador del mundo (por tercera vez) invitaron a Velasco a colocar la bases para que el equipo pudiera mandar. La angustia de la semifinal fue una experiencia que no podía repetirse.

El golazo de Ferrao

Cómo no, Ferrao marcó. El tercer tanto, tan bello como el taconazo de la lesión. Pinchó un preciso balón largo de Ortiz con la izquierda y clavó el balón en la escuadra con la derecha, a los 26 segundos de la reanudación. El honor del primer tanto se lo llevó la leyenda del equipo. 

Lo firmó Sergio Lozano, tetracampeón europeo como la sección –el único que posee las cuatro Champions en su palmarés–, con un delicado zurdazo, una semivaselina por encima de Guitta, sellando el gol número 300 vestido de azulgrana. No había mejor para la efeméride.

Era la cuarta vez que se reeditaba la final y la tercera consecutiva en la que estaba presente el Barça, que ha jugado seis. El aplomo del equipo se notó tras la agitación vivida el viernes. Velasco, el entrenador con más partidos en la competición, hizo hincapié en transmitir la serenidad necesaria. Igual de paciente permaneció el Sporting, que el año pasado levantó un 0-2 adverso.

Se vio igual que entonces, en idéntica tesitura y mantuvo el plan de partido, sin acelerarse, en la mejor fase azulgrana, en el epílogo del primer tiempo, después de que Pito asestara el segundo golpe, en un balón que robó en la divisoria y pudo correr solo hasta encarar a Guitta. El gol de Ferrao que ampliaba la desventaja desanimó a los lisboetas. Llegaron a la conclusión de que la historia no se repetiría y empezaron a dejar huecos atrás que facilitaron los ataques del Barça.