Joao Félix se desespera con las decisiones de Simeone

El portugués no disputó ni un minuto en el encuentro frente al Brujas y mostró su enfado en el banquillo

Joao Félix, en el banquillo durante el partido ante el Brujas

Joao Félix, en el banquillo durante el partido ante el Brujas / EFE

El culebrón Joao Félix-Simeone volvió a dar que hablar en el último encuentro del Atlético de Madrid. En el partido entre el conjunto colchonero y el Brujas, correspondiente a la cuarta jornada de Champions, Joao Félix volvió a ser suplente. Algo que, tras lo sucedido las últimas semanas, comienza a ser habitual.

Desde que el portugués figurara en el once titular ante el Real Madrid el pasado 18 de septiembre, no ha vuelto a salir de inicio. Parece que los planes de Simeone han tomado un rumbo en el que se cuenta con el portugués. Tan sólo suma 29 minutos entre tres de los cuatro últimos partidos del Atlético de Madrid.

El de ayer, en cambio, puntuó en blanco para el casillero de Joao Félix. A pesar de comenzar los calentamientos en la banda junto a jugadores como Morata, Carrasco o De Paul, el luso se quedó sin jugar. Una situación que, por supuesto, no gustó nada al jugador portugués.

Tras darse cuenta de que una vez efectuados los cinco cambios permitidos, él no formaba parte de los sustitutos y ya no iba a salir, hizo visible su descontento. Camino al banquillo, desechó el peto y volvió a recogerse en la caseta, decepcionado una vez más con las decisiones del Cholo.

Una falta de protagonismo "justificada"

Joao Félix ha convertido sus enfados por la falta de minutos en algo habitual, pero lo cierto es que su rendimiento refleja la situación actual. De los 12 partidos disputados esta temporada entre Champions y liga, 0 goles y tan sólo tres asistencias son los registros de un Joao Félix que empezó bien la temporada pero que, con el paso de los partidos, ha dejado de cobrar importancia.

Simeone, dirigiendo el partido ante el Brujas

Simeone, dirigiendo el partido ante el Brujas / EP

Que el míster cuente antes con futbolistas como Cunha o Correa ha acabado por desesperar al luso, cuya paciencia se merma por momentos y así lo reflejó con el enfado de ayer.

Un episodio más de la tensa relación que atraviesan jugador y entrenador que, esta vez, parece que se está agravando más de la cuenta y podría poner en duda el futuro del futbolista.