Banega fue el encargado de lanzar el penalti decisivo en la final de la Copa del Rey que enfrentaba a su equipo, el Al-Shabab ante el Al-Ittihad Jeddah. El argentino mandó el balón a las nubes y Marcelo Grohe lo celebró en su cara, algo que no sentó nada bien a los compañeros de Banega que fueron a recriminárselo al guardameta rival