Fallece Pelé

El que fuera mejor jugador del mundo ha muerto tras pasar un mes en el hospital

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Uno de los mejores futbolistas del mundo, 'O Rei' Pelé, quizás el brasileño más importante de la historia, ha fallecido este jueves 29 de diciembre a los 82 años. El primer gran crack mundial jugó en Mestalla, con su equipo, el Santos, los dos primeros partidos del I Trofeo Naranja, los días 24 y 25 de junio de 1959. Tenía 18 años-cumplió los 19 el 23 de octubre de 1959-y ya llevaba en su palmarés el título de campeón del mundo 1958 logrado en Estocolmo ante Suecia cuando sólo contaba 17 años. Brasil ganó 2-5 a Suecia y el chaval se convirtió en el campeón mundial más joven de la historia tras endosar a la selección sueca dos de los cinco goles de su equipo.

El sensacional triunfo personal de aquel chiquillo de color que entusiasmó al mundo entero-el mítico Nilton Santos, tras lograr el título mundial, abrazó a Pelé diciéndole: «Llora, muchacho, este título te pertenece»-hizo que el VCF contratase al Santos para dar máximo esplendor al I Trofeo Naranja, competición inventada por el entonces vicepresidente Julio de Miguel, y como tercer espada para completar un extraordinario cartel con el VCF, al Inter. De Milán, base de la selección italiana con su ariete Angelillo como máxima figura.

Ni que decir tiene que Mestalla registró tres llenos hasta las banderas, especialmente para ver in situ a aquel negrito llamado Edson Arantes do Nascimento, nacido en Tres Corazones, estado de Minas Gerais, el 23 de octubre de 1940, hijo de Dondinho Arantes, futbolista profesional a 90 cruceiros por partido, y de doña Celeste.

El valencianista Egea frenó a Pelé en el Trofeo Naranja

En el primer acontecimiento se enfrentaron VCF y Santos, con el resultado de empate a cuatro goles. Pero ninguno de ellos los marcó Pelé. La culpa la tuvo Pepe Egea, un chaval de 19 añitos recién salido del CD Mestalla, que hizo un marcaje espléndido al campeón mundial. Y por añadidura, el neófito valencianista marcó dos de los cuatro goles del VCF. No obstante, Pelé dejó constancia de su portentosa clase: velocidad, ritmo, dominio absoluto del balón, visión del juego, regates increíbles, personalidad... Fue al día siguiente, en el partido Santos-Inter, cuando Pelé estuvo hecho un coloso, tiró de su equipo y pulverizó al conjunto milanés con un escandaloso siete-uno impensable un minuto antes de comenzar el juego. Pelé marcó ¡cuatro! de los siete goles en una actuación portentosa, fantástica, inmensa. Cada gol fue de distinta factura, a cada cual mejor, más espectacular.

Mestalla se rindió ante el juego y los goles de aquella imberbe criatura, de aquel negrito que más tarde el armenio Boghosian intentó traspasarlo al Real Madrid ofreciéndole el oro y el moro; oferta que el chiquillo y sus padres desoyeron tal y como me anticipó personalmente el propio Pelé a las puertas del restaurante La Pepica en un reportaje exclusivo para el Semanario Deportes.

Además, Pepe El Gordo, su manager, me aseguró que Pelé jamás saldría de Brasil para jugar en otro equipo. Y así fue. Sólo que al final de su carrera, ya en declive, fue contratado por un equipo de EE UU... Antes del Mundial de Suecia lo vio Cubells, vicepresidente valencianista, pero ni siquiera intentó contratarle por cuando el chico (Dico para su familia, Pelé para sus colegas) sólo contaba 16 añitos...

Pelé, pues, pasó por Mestalla los días 24 y 25 de junio de 1959 y se llevó a Brasil el I Trofeo Naranja de la historia valencianista dejando tras de sí una interminable estela de superelogios de todos los que tuvimos la fortuna de verle jugar.

El propio Pepito Egea, Pepito Grillo como cariñosamente se le rebautizó en Valencia por su escasa estatura y su aspecto simpático y juvenil, nos recuerda aquel acontecimiento que él vivió en primera persona, puesto que le tocó marcar, como decíamos, al ídolo brasileño.

«Fue un marcaje muy difícil porque tenía que impedir que controlara la pelota, ya que de lo contrario estabas perdido. Pero impedí muchas veces ese control y creo que por ello no consiguió marcar. Tuve que realizar un gran esfuerzo físico, pero resultó altamente gratificante. Y, además, tuve la gran suerte de marcar dos de los cuatro goles del VCF. El segundo fue el del empate definitivo.»

Además, eso de tener delante al máximo triunfador del campeonato del mundo debió imponer lo suyo...

«Así es. Pelé causó una gran impresión. Técnicamente era perfecto, y un gran malabarista. Todo un espectáculo. Claro que para mí, el mejor jugador del mundo ha sido Di Stéfano, a quien también tuve que marcar, así como a Puskas, al sensacional Garrincha, en el II Trofeo Naranja en aquel partido contra el Botafogo en el que Chicao y Héctor Núñez se liaron a tortas... Aquel partido contra el Santos de Pelé fue para todos y para mí un acontecimiento inolvidable», relató con criterio el ex futbolista.