El último reto de Héctor Cúper: la selección de Siria

Héctor Cúper encara un nuevo reto en su dilatada trayectoria como entrenador al hacerse cargo de la selección nacional de Siria con el objetivo más cercano de la Copa Asiática Catar 2023.

El preparador de Chabás, de 67 años, que debutó como entrenador en su querido Huracán allá por 1993, pasó posteriormente por Lanús, dio el salto a Europa, al Mallorca, donde continuó con su crecimiento y se ganó el fichaje por el Valencia. Con ambos equipos ganó la Supercopa española y fue protagonista, aunque le faltó la fortuna con el conjunto de Mestalla en las finales de la Liga de Campeones que perdió ante el Real Madrid y el Bayern Múnich.

Decidió en 2001 probar suerte en el Inter Milán, en el que estuvo dos temporadas y seis jornadas de la tercera, tras las cuales fue destituido, lo que le hizo abrir un paréntesis que cerró en la campaña 2004/05 al retornar al Mallorca, paso previo a su tercer club en España, el Betis, en el que aguantó catorce jornadas de la campaña 2007/08.

De vuelta a Italia dirigió al Parma, en el que no le fue nada bien, se convirtió en un paso previo a hacerse cargo de la selección de Georgia, en la que estuvo poco más de un año sin encontrar los resultados ansiados.

Aris Salónica, Racing de Santander, Orduspor, Al Wasl y selección de Egipto fueron sus siguientes pasos. Con los 'faraones' logró el subcampeonato en la CAN 2017 y les clasificó para el Mundial de Rusia 2018, en el que cayó en la primera fase.

Mantuvo su 'apego' a las selecciones. Se hizo cargo Uzbekistán ese mismo año y en 2021 del conjunto de RD Congo. De este último fue destituido a mediados de 2022. Ahora retoma su camino en Siria, que tiene como primer gran objetivo la Copa Asiática que se disputará este año en Catar.

En la última edición, jugada en Emiratos Árabes en 2019, la selección siria fue cuarta y última del grupo B tras Jordania, Australia y Palestina, con tan solo un punto. La Federación confía en el carácter competitivo que otorga Cúper a sus equipos para recuperar protagonismo perdido.