La trifulca entre Arnau Tenas y Dani Carvajal tras el pitido final del clásico

Tras el partido, ambos jugadores se 'engancharon' y estuvieron a punto de llegar a las manos. Varias personas de los dos equipos tuvieron que actuar para evitar que la pelea fuese a más

Carvajal celebra el gol de Vinicius en la final de la Champions ante el Liverpool

Carvajal celebra el gol de Vinicius en la final de la Champions ante el Liverpool / EFE

El FC Barcelona dejó la liga prácticamente sentenciada tras vencer al Real Madrid por 2-1 en un partido de infarto. Kessié marcó el gol definitivo en el tiempo de descuento provocando una euforia incontrolable en el Spotify Camp Nou. El tanto del centrocampista ha desembocado en que el Barça se haya colocado a 12 puntos del Real Madrid en este sprint final por el campeonato de liga. Los de Xavi tienen el título en el bolsillo y solo una hecatombe haría que lo perdiesen.

Sin embargo, el final del partido no iba a transcurrir con normalidad. Dani Carvajal y Arnau Tenas fueron los protagonistas de una 'tangana' en la que tuvieron que intervenir varios miembros de los dos equipos para separarlos. Todo ocurrió después de que la plantilla del Barça formase una piña en el césped para celebrar el triunfo. En ese momento de máxima felicidad culé, Carvajal apareció señalando a Arnau Tenas con el dedo e, incluso, poniéndole la mano en el cuello. Eso desató una bronca tremenda entre ambos y varios jugadores de los dos conjuntos tuvieron que acudir para separarlos.

Ceballos, envuelto en un 'rifirrafe' durante el partido

Ceballos, envuelto en un 'rifirrafe' durante el partido / EFE

Se desconoce el motivo de la pelea

Militão, Rüdiger y Araújo, entre otros, intercedieron para poner paz y evitar males mayores Varias personas tuvieron que sujetar a Arnau Tenas, al que se vio muy enfurecido por unas palabras que le dijo el lateral del Real Madrid. Lo que le dijo el Carvajal al canterano del Barça se desconoce y tampoco se sabe el motivo del enganchón. Jordi Alba apareció para intentar separarlos y, finalmente, los dos jugadores se marcharon al vestuario cada uno por su lado. Carles Naval, delegado del equipo culé, también entró en escena para apaciguar la situación y que no llegasen a las manos. Una imagen que estropeó, de alguna forma, el final del clásico.