LaLiga Santander

El Barça de Xavi gana una Liga "de la hostia": del 'unocerismo' a las palancas

El equipo azulgrana vuelve a conquistar el título tres temporadas después tras arrollar al Espanyol en Cornellà (2-4), donde hubo invasión de campo | La plantilla de Xavi, reforzada gracias a la venta de activos, resolvió hasta once triunfos por la mínima en una campaña agitada por el 'Caso Negreira'

Denís Iglesias

Después de la eliminación en Copa del Rey a manos de un Real Madrid arrollador en el Camp Nou, Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona, se rebelaba en rueda de prensa. No soportaba que nadie le dijera que al conjunto azulgrana "solo" le quedaba un título, pues consideraba que alcanzar la primera Liga desde la temporada 2018/2019 era "la hostia". O aún más: "Es la rehostia". Al fin tiene el trofeo en su vitrina particular, que es la de todo el barcelonismo, después de arrollar al Espanyol en Cornellà (2-4).

Lo deja tiritando, al borde del descenso a Segunda. Esto desató la ira de los ultras con mal perder, que al grito de "¡Puta Barça!" hicieron correr a los jugadores al vestuario. Ante la invasión de campo, lanzó un auxilio Xavi, quien sabe lo importante que es "para la estabilidad" un campeonato que premia la regularidad. Sobre todo en una temporada en la que se ha hablado de "palancas", "Caso Negreira" y que termina con la salida de Sergio Busquets y Mateu Alemany, dos figuras imprescindibles en la historia reciente de un club que sigue deambulando por Europa. Cayó eliminado en la fase de grupos de la Champions y en octavos de la Europa League frente a un Manchester United, al que el Sevilla expulsó en cuartos.

Las 'palancas' marcan el futuro del Barça

"Nosotros sabemos de donde venimos y donde estamos, por lo que valoramos mucho la Liga. Por competirla con un señor equipo como el Real Madrid, que es campeón de Europa", se ha esforzado en defender Xavi las últimas jornadas mientras acariciaba su primera Liga española como entrenador. El más capacitado para afrontar esta situación. Representante del pasado glorioso y el único capaz de remar en el incierto panorama que asoma.

El Barça celebrará este título como si fuera el primero o el último, porque el día siguiente volverá a ser tiempo para planificar una próxima campaña compleja. Como las que vendrán en el periodo posterior a las 'palancas', un mecanismo extraordinario activado por Joan Laporta que permitió a la entidad ir al mercado de verano con efectivo, completar inscripciones y hacer renovaciones.

Hasta 867 millones de euros: 667 millones por el 25% de los derechos audiovisuales y 200 por el 49% de Barça Studios. Estas operaciones han hipotecado importantes activos de una marca todavía muy poderosa (tercera en el mundo, según el índice Brand Finance Football, solo por detrás del Real Madrid y del Liverpool).

El valor del arranque goleador de Lewandowski

La consecución de la 27ª Liga mantiene en pie la hoja de ruta que permitió la llegada en el mercado estival de Robert Lewandowski, el delantero y 'estrella' que necesitaba. Aunque su segunda vuelta no fue la esperada, apareció frente al Espanyol iluminando la victoria que el Barça necesitaba para abrazar el campeonato.

El delantero finalizará como el segundo jugador que más minutos ha disputado (2.500) en el torneo doméstico, solo por detrás de Ter Stegen (3.065) y por delante del 'estajanovista' Gavi (2.353), protagonista de una sufrida renovación y una aún más conflictiva inscripción. Ha terminado la temporada con ficha del filial.

El aporte goleador de Lewandowski durante la primera parte del campeonato fue fundamental ('pichichi' de la Liga con 21 tantos y 31 como azulgrana). Justo cuando era necesario para disipar las dudas que sobrevolaban sobre su rendimiento inmediato y el de un equipo reforzado con Raphinha (58 millones) o Jules Koundé (50 millones). La inyección de capital permitió igualmente sortear el límite salarial para inscribir a Christensen, Kessié o Marcos Alonso, que llegaron sin coste de traspaso.

Porque esta Liga del Barça ha sido contra los elementos. El conjunto azulgrana ha renunciado al estilo para ser pragmático desde el 'unocerismo'. El éxito no se obtiene exclusivamente con el acaparamiento del balón. Xavi, aunque lo ha ocultado en rueda de prensa, ha apostado por conocer las debilidades propias para minimizarlas y utilizarlas contra el enemigo. En esta suerte de 'jiu jitsu' ha sido fundamental recuperar al mejor Ter Stegen, que apenas ha encajado once goles en 34 partidos.

Del mejor Ter Stegen a las bajas en defensa

En el total de la temporada, el alemán ha dejado 28 veces su portería a cero. Ninguna de ellas en Europa, otro dato más de la dualidad del FC Barcelona, que resolvió once partidos por 1-0. Esta reconsideración de la parcela defensiva, sobre la que debe construirse cualquier equipo con dudas, afectó al hilo argumental del campeón de Liga.

La lesión de Ronald Araújo coincidió con la eliminación europea y en el último tramo liguero Xavi ha echado de menos a una de sus mejores creaciones: Dembélé, que ha pasado de ser objeto de las críticas del Camp Nou a héroe. Uno de los pocos capaces de salirse del guion en un equipo temeroso por perder el patrimonio de puntos. Otro de los recuperados para la causa ha sido Frenkie De Jong, a pesar de la campaña pública con la que se buscó su salida para aligerar límite salarial.

A diferencia de lo que se preveía con Koundé, el Barça ha notado más la ausencia de Christensen, un central que llegó a coste cero a un vestuario que en noviembre perdió a su capitán, Gerard Piqué, tras anunciar la retirada. Ídolos que se van y otros que se consolidan, como Alejandro Balde, quien destrozó por su cuenta al Espanyol en el duelo decisivo. Un joven talento consolidado en nómina de los arquitectos del presente culé como Gavi y Pedri. A diferencia de Ansu Fati, caído en desgracia por su negativa a operarse y debido a la exigencia pública de su padre para que tenga más minutos.

'Caso Negreira' y salidas de Alemany o Busquets

La pérdida de Pedri en los momentos cumbre de la temporada frustró, entre otros, el avance a la final de la Copa del Rey para aspirar al triplete nacional, después de ganarle la Supercopa de España al Real Madrid en Arabia Saudí. Un triunfo con el que los de Xavi parecerían tomarle la medida a su némesis, infinitamente más moldeada, a pesar de dejarse ir en Liga (14 puntos de diferencia), donde el otro gran adversario, el Atlético, se acordó tarde de competir. El Barça claudicó ante los rojiblancos vendiendo a Griezmann a mitad de precio (20 millones más cuatro de variables) y en invierno acordó el traspaso de Memphis Depay (tres millones).

La Liga del Barça podría haber sido más tranquila y acompañada de la Copa. Sin embargo, el 0-4 de la vuelta de semifinales cortó de raíz la progresión. Se abrió la caja de los truenos y el miedo a perder el campeonato regular se hizo palpable en un equipo que sesteó hasta este domingo. Ha llegado a esta celebración por inercia. Con todo, los barcelonistas han alcanzado el objetivo fundamental para una temporada en la que se han visto atosigados por los fantasmas del 'Caso Negreira', que incluso han puesto en duda la honorabilidad de una liga trabajada con sudor y sangre.

Que sea circunstancial o el inicio de una recuperación dependerá de un futuro sin Alemany ni Busquets. O lo que es lo mismo: sin el director deportivo que encontró una vía para salir de la hambruna y el cordón umbilical con los mejores años de un club para el que esta Liga "es la hostia". Lo es si se compara con todo el caos institucional reciente, aliviado en el campo a través de un título que recupera el espíritu ganador del FC Barcelona. Imprescindible para eliminar el pánico de las noches europeas y hacer realidad el lema de la 'rua' de este lunes: "La Liga es nuestra y el futuro también".