La última bomba en estallarle en la cara a Luis Rubiales. Tras un sinfín de organismos nacionales e internacionales pidiendo una investigación, o directamente su dimisión, es ahora la FIFA la que pasa a la acción. Lo hace mediante su Comisión Disciplinaria, en un comunicado lanzado el jueves, sobre los hechos ocurridos el pasado domingo durante la celebración del título de Campeonas del Mundo y, sobre todo, en la entrega de medallas, cuando el presidente de la Federación Española de Fútbol le dio un beso a Jenni Hermoso.

El organismo internacional comunica que "podrían resultar constitutivos de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Disciplinario de la FIFA". Estos artículos se basan en el "respeto a los principios de juego limpio, lealtad e integridad", y más concretamente, en el apartado 13.2, el principal órgano del fútbol internacional estipula que "podrán imponerse medidas disciplinarias a toda persona que lleve a cabo alguna de las siguientes acciones: violar las normas básicas de la conducta cívica; insultar a una persona física o jurídica de alguna manera, especialmente mediante lenguaje o gestos ofensivos; servirse de un evento deportivo para realizar manifestaciones de índole distinta a la deportiva; adoptar una conducta que desprestigie al fútbol o a la FIFA; modificar activamente la edad de los jugadores en los documentos de identidad que estos últimos presenten en las competiciones en las que existe un límite de edad".

Se estrecha el cerco sobre Rubiales, que el viernes tendrá que rendir cuentas en la Asamblea de la RFEF, en la que se tomará la decisión final sobre su futuro en el fútbol español.