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Un año de la Dana: El Riu Magre, del manto marrón al tapete verde

El AC Carlet pudo regresar a su casa a principios de agosto, meintras la obras seguían —y todavía siguen— su curso.

“Llegar caminando, volver a estar en casa es un alivio”, expresó su presidente, Pau Fort

Camp D'esports 'Riu Magre'

Camp D'esports 'Riu Magre' / Nagore LLeonart

A penas cincuenta metros del río que le da nombre, el Riu Magre, casa del AC Carlet, también se inundó. “Aquí tenemos la singularidad de que el campo está relativamente cerca del río y esta vez creció tanto que...”, relató Pau Fort, presidente del club. Intentó encontrar las mejores palabras que describieran lo que sucedió aquel día, pero eran tantas, que no supo elegir cuál. Lo más fácil sería decir que el campo se convirtió en una prolongación del rio. Descripción que no va desencaminada. Porque sí, esa fue la realidad que se encontraron cuando pudieron acceder al campo.

El ‘peligro’ que le da nombre

La fuerza de la corriente arrastró cañas, derribó muros y anegó el interior de las instalaciones. En cuestión de minutos el césped quedó levantado y envuelto por un mano marrón. Al menos, la grada frenó el paso. Pero no tuvo la misma suerte el bar y la oficina, situada en el costado más cercano al río, ya que no se salvó y su interior quedó irreconocible: mobiliario destrozado, ropa inutilizable y trofeos embarrados. “Fue una imagen devastadora”, reconoció el directivo del club, Juanjo.

Dada la ubicación del campo, el riesgo de que la historia se repita sigue ahí. Aun así, Fort explicó que el ayuntamiento ya trabaje en la adecuación del cauce del río: “Antes había muchas zonas sin tratar. Ahora sí que se está tratando. Bajando el nivel de la tierra y de las gravas, se está haciendo un trabajo para que se cauce más el agua y no vuelva a pasar. Así que, esperemos que no vuelva a crecer tanto y se vuelva a llevar el campo de fútbol”.

Camp D'esports 'Riu Magre'

Camp D'esports 'Riu Magre' / Nagore LLeonart

Benimodo, un hogar temporal

Tras aquel fatídico día, el AC Carlet estuvo un mes sin jugar ni entrenar, ya que los accesos al pueblo se vieron afectados, también muchas familias perdieron su coche. A finales de noviembre el club fue de los primeros en salir del barro y retomar la competición. Y lo hicieron en Benimodo: “Hay que agradecer al ayuntamiento, porque nos cedió sus instalaciones”, agradeción su presidente. También recibieron ayuda por parte de la Fundación Trinidad Alfonso; RadioMarca Valladolid, que les dieron balones; el Real Betis, que les ofreció material de entrenamiento; y el Levante, que se encargó de entregarles ropa.

Las obras siguen su curso

“Lo que es la infraestructura del polideportivo es municipal, entonces se ha encargado el Ayuntamiento en pedir las ayudas a Generalitat y demás”, comentó Fort. A día de hoy, las obras avanzan con la construcción de nuevos vestuarios para los más pequeños y las nuevas zonas de almacenaje, bar y oficina, que se situarán junto a la grada —parte más alejada del río—. “Lo están haciendo todo nuevo. (La Dana) se lo llevó todo: tuberías, riego, alumbrado… Es una obra muy compleja y costosa, que todavía queda mucho por hacer”, aseguró Juanjo.

Camp D'esports 'Riu Magre'

Camp D'esports 'Riu Magre' / Nagore LLeonart

Mientras esperan, juegan en casa, porque en agosto pudieron regresar al Riu Magre. “La primera semana ya pudimos entrar por primera vez a este campo de fútbol. Fue muy emotivo. Teníamos muchas ganas de volver porque hemos estado una temporada rodando por otras localidades, entrenando donde hemos podido y volver otra vez a casa nos alegró bastante”, reconoció. “Sobre todo por la gestión de tener que desplazar a la gente a otros campos, que es lo que imposibilitaba el poder estar a gusto. Entonces volver aquí y poder llegar caminando, incluso estar aquí es un alivió”, secundó Pau Fort.

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