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Cirugía robótica: la revolución tecnológica que ofrece máxima precisión y menor tiempo de recuperación

Si hay un ámbito en el que la era de los grandes avances tecnológicos está suponiendo una auténtica revolución, ese es el de la medicina. En el campo concreto de la cirugía, la laparoscopia que permitió operar a los pacientes evitando la cirugía abierta ha dado un salto cualitativo, avanzado al siguiente nivel, gracias a robots de última generación como Da Vinci, el robot de 4 brazos y una “visión” que multiplica por 10 la del cirujano que permite trabajar con la máxima precisión.

La cirugía robótica es la técnica más sofisticada y avanzada del mundo en cirugía mínimamente invasiva y se caracteriza por aportar mayor precisión y seguridad, eliminando temblores involuntarios y minimizando la pérdida de sangre y el tiempo de recuperación. “En España la primera cirugía se practicó en 2005. Desde entonces, su expansión no ha parado, hasta el punto de que en 2019 se desarrollaron más de 10.000 intervenciones usando este tipo de robots. En la actualidad, hay unos 130 equipos da Vinci en más de 100 hospitales en España”, detalla el Dr. José Antonio Pérez Álvarez, ginecólogo del Hospital Quirónsalud Tenerife. Da Vinci se utiliza ya en diferentes áreas y especialidades.

Hoy, tal y como explica Dr. Javier Moradiellos, jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid “estamos ya en la cuarta generación del sistema Da Vinci y en cada evolución los sistemas e instrumentos son cada vez más manejables y versátiles; la visión del cirujano es cada vez mejor. Un cirujano que “ve” mejor y “manipula” mejor es un cirujano seguro para sus pacientes”.

Esta tecnología quirúrgica tiene importantes ventajas para el paciente con respecto a otras técnicas como la laparoscópica. Se reduce considerablemente el sangrado (y, en consecuencia, la necesidad de transfusiones), el dolor y el riesgo de infección postoperatorio, así como la estancia hospitalaria. Además, también supone un menor impacto en la estética del paciente.

En el caso de pacientes oncológicos, como por ejemplo el tratamiento de los tumores de faringe y laringe, “supone el poder realizar una cirugía con buenos resultados, manteniendo las funciones de tragar, hablar etc. Permite evitar otros tratamientos como cirugías abiertas más agresivas y reducir o eliminar la necesidad de radioterapia y quimioterapia, -acalra el Dr. Carlos Manuel Pollán Guisasola, Especialista en Otorrinolaringología y Cirugía Oncológica de Cabeza y Cuello del Centro Médico Teknon. Todo esto manteniendo el pronóstico de curación con respecto a otras modalidades de tratamiento más agresivas y con más efectos secundarios y secuelas”.

¿Cómo es el robot Da Vinci?

Esta plataforma de última generación “permite al cirujano realizar las intervenciones quirúrgicas a distancia, sentado frente a una consola instalada en el interior del quirófano, mediante la cual controla unos brazos robóticos articulados. La visión en tres dimensiones aumentada y la movilidad de los instrumentos facilitan el acceso a zonas anatómicas complejas dónde se está interviniendo”, señala el Dr. José Noguera, especialista en Cirugía General en el Hospital Quirónsalud A Coruña.

Se trata de un robot “maestro-esclavo”. Esto quiere decir que no opera de manera autónoma, sino que replica y optimiza los movimientos de las manos, muñecas y dedos del cirujano, por lo que la intervención depende de su habilidad, sus decisiones y su experiencia. Quirónsalud cuenta con profesionales de las distintas especialidades altamente formados en el manejo de esta tecnología. “Además de la experiencia adquirida por nuestro equipo desde hace más de 20 años en cirugía laparoscópica, es necesaria una formación específica en el manejo del robot y una acreditación para poder manejar el sistema robótico”, explica el Dr. Ángel García de Jalón, especialista en Urología en el Quirónsalud Zaragoza.



  1. Carro del paciente. Se ubica en la zona estéril del quirófano, muy próximo a la mesa de operaciones. Consta de cuatro brazos robóticos que permiten al cirujano manejar autónomamente todos los instrumentos. Uno de los brazos lleva la cámara que transmite hasta la consola del cirujano las imágenes de la región anatómica interna que se va a intervenir y en el resto se podrán acoplar pinzas, tijeras, forceps y un amplio arsenal de instrumentos de cauterización, de agarre, de disección, de sutura, sistemas de irrigación y succión… Todas estas herramientas están inspiradas en la mano humana, pero con un mayor rango de movimiento, lo que ayuda a lograr la máxima precisión quirúrgica.

  2. Consola del cirujano. Da Vinci es un robot “esclavo”, esto quiere decir que no opera de manera autónoma, sino que requiere de la habilidad del cirujano a través de los mandos y los pedales que el robot replica de manera precisa, estable y sin temblores los movimientos del cirujano. Dentro del propio quirófano, pero fuera de la zona estéril, el cirujano controla la operación de manera inmersiva gracias a la visión en tres dimensiones que el endoscopio envía a la consola.

  3. Carro de visión. Integra el equipo de elaboración y procesamiento de imagen. Está compuesta por un monitor táctil de 24 pulgadas, un electrobisturí una serie de estantes para almacenar el equipo quirúrgico auxiliar.