Preocupación. Esa es la palabra que define la marcha deportiva del Valencia. No podía ser de otra forma, dejarse cuatro puntos por el camino en los últimos minutos en Mestalla ante Sporting y Atlético, no es para menos. Dicho esto, sólo queda confianza en el cuerpo técnico y los jugadores. Es lo que hay y habrá. Así que por mucho que usted, y muchos otros más, opinen que a Unai Emery le viene grande el Valencia, tienen que apechugar con él. No hay dinero en caja para pagar el despido del entrenador y es mejor malo conocido que bueno por conocer. Lo digo porque nadie en el club ha hecho un movimiento, ni siquiera discreto, para contactar con cualquier otro técnico. Por tanto, paciencia y una caña, que siempre hay peces que pican.

Ánimo

Cierto que al final mandan los resultados, pero como creo que el valencianismo nunca ha tendido al masoquismo, hay que esperar la obligada reacción de una plantilla de la que se espera mucho más de lo visto y disfrutado hasta ahora. El jueves ante el Génova es una buena ocasión y aunque la exigente cátedra de Mestalla ya no está para bromas, es el momento de cerrar filas. Esto acaba de empezar y ya habrá tiempo para ponerse nervioso.

Seguridad

El único que está al borde de un ataque de nervios es algún aprovechado que todavía no ha puesto su cargo a disposición de los nuevos gestores, pero la verdad es que ni a Unai Emery ni a Manuel Llorente se les ve intranquilos. Es una buena noticia, en tiempos de crisis hay que saber mantener la calma.