Se suponía que Cádiz era una tacita de plata para que el Valencia encontrara esa identidad perdida en los últimos dos partidos. Pero debe estar muy escondida €la identidad, la calidad y el carácter€, porque no hay forma, ni ante un equipo de Segunda B, que evidentemente iba a ponerlo difícil pero sin sacarnos los colores. Y gracias que los andaluces son un equipo con mucha alma aunque sin pegada, porque en caso contrario el mítico Carranza sería otra mancha en el expediente copero blanquinegro.

Aburrimiento

El viaje prometía. Había empezado con las caras de satisfacción y enhorabuena tras el anuncio del acuerdo de reanudación de las obras del Nou Mestalla. Pues el equipo hizo caso omiso a la alegría del valencianismo y le premió con otra castaña de partido, con juego y resultado para olvidar.

Descentrados

Parejo y Piatti formaron en el once y se esperaba que salieran revolucionados para acallar las críticas de su bajo rendimiento. Visto su rendimiento se entiende la suplencia de ambos. También Aduriz debía poner su olfato de gol. No vio puerta. Emery tuvo que sacar a Soldado por un Jonas de nuevo espeso en la segunda parte, ante tan negro presagio. ¡Dos delanteros, por fin!

Ni así

Pues tampoco. El voluntarioso Cádiz tiró de épica y plantó cara al clásico 4-4-2. La conclusión está clara, no es una cuestión de sistema, sino de actitud. No lo arregló ni Banega con su reaparición.

Lotería

Si la Copa es uno de los máximos objetivos del Valencia esta temporada tendremos que esperar al famoso día 22 en Mestalla, que como ya tiene fecha de caducidad, será cuestión de pensar en un homenaje, para animarnos.

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