Siempre creí que fútbol y gastronomía van de la mano. Desde aquellos memorables días de Kailuze, donde el recordado Alvarete nos enseñaba a comer mientras Zubizarreta explicaba la trigonometría del campo, al actual templo de La Principal, pasando por la coqueta La Nicoletta donde Juanmi y el ´Loqui´ Sol tiene abierta la academia, Valencia siempre ha sido una plaza de cocina de mercado. Por eso, cuando ayer supe que Ricard Camarena, del laureado Arrop, se había quedado el bar del Mercat Central, me vino que ni pintado para constatar que las estrellas, sean de Michelín o no, siempre han sido de autor, que diría Vicent Todolí, el mejor crítico de arte futbolístico.

Pillete

Rami fue nuestra obra de arte hasta hace poco. Empezó espléndido, pero ha ido menguando como su cláusula. Es el vivo ejemplo de la economía posible, esa que sólo permite fichar al Valencia con dosis de ingeniería financiera. Sólo así se puede entender el contrato del francés, que viene a exhibirse para elevar su cotización. Eso es lo que hay, aunque lo único que se espera de la otra parte contratante es la misma profesionalidad que tuvo para asegurarse una buena salida.

Oportunidad

Sigo pensando que el Valencia se encontró al peor Barcelona de la era Guardiola, de momento. Quiero decir que los del modesto Guardiola están más vulnerables que nunca. Nada se puede hacer, pero a los de Emery les faltó un poco de revoluciones para acelerar cuando era oportuno. Es como las paradas de los mejores mercados, que aparte de buen género, siempre hay que mostrarlo con orgullo, criterio y alegría.

Esperanza

No queda otra, pues, que reivindicar la cultura de mercado —la del esfuerzo se presupone, Manolo, con lo que cobran— para que esa división de plata que es la Liga Europa se venga a Valencia, igual que otras Uefitas. Hay equipos de postín, pero primero está el correoso Stoke. Esa es la nueva ilusión blanquinegra, que no es de consolación, sino de consideración.

La próxima final

Pero el Stoke queda lejos. Primero es el Sporting, que tal como se está poniendo la Liga por abajo, vendrá el domingo con muy malas intenciones. Mestalla espera una reacción positiva.

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