El Valencia es el octavo equipo europeo, según el exigente ranking UEFA, y el undécimo para la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol, la misma que lo declaró mejor equipo del mundo en 2004. Tal como están las cosas se agradece ver a Mestalla entre la elite del fútbol. Pero como vengo insistiendo desde hace días, eso se ha conseguido en el césped, con sangre, sudor y lágrimas. Ha sido clave permanecer tres años seguidos en la Liga de Campeones, por eso lo único importante es el equipo. Construir una buena plantilla con el entrenador adecuado; repensar las incorporaciones; equilibrar el grupo entre veteranos y noveles; combinar jugadores valencianos con otros experimentados en la Liga. Todo eso es lo que ha hecho que el Valencia sea un grande continental.