El tiempo suele dar la perspectiva suficiente para valorar en su justa medida el mérito de los equipos y los jugadores, pero Perasovic y el Valencia Basket no necesitaron si un solo segundo para ver reconocido su esfuerzo y su excepcional temporada. No solo no se les puede reprochar nada, sino que hay que darles las gracias por un año inolvidable, en el que al margen del título de la Eurocup y del billete a la Euroliga, han hecho disfrutar a la afición prácticamente en todos los partidos, en los que han demostrado hambre, capacidad de trabajo, solidaridad y ambición. De ahí que aunque nadie les pudiera reprochar nada, a algunos se les escaparan las lágrimas. Querían jugar la final y ganarla. Sólo pensaban en ello.

Despedidas

Lamentablemente, será el último partido de algunos jugadores con la camiseta taronja. Este equipo tiene y tendría capacidad para meterse en la Final a Cuatro de la Euroliga del próximo año, pero tocará acertar de nuevo con los sustitutos de los jugadores que se vayan, especialmente si se confirma lo que parece un secreto a voces, la marcha de Doellman al Barcelona. El estadounidense dejará un recuerdo imborrable.

En buenas manos

La continuidad de Perasovic es, sin embargo, el primer gran éxito del Valencia Basket. El club ató su futuro antes de que fuera tentado por otros grandes del continente y ha demostrado ser el mejor líder para un proyecto ganador. Saca el máximo de cada jugador y eso es una garantía para el próximo año.