Solo tiene 17 años, pero ya nadie duda de que en Arón Canet hay madera de campeón. Las caídas han marcado mucho el año de su debut en el Mundial, pero con la experiencia de este año y el hambre que tiene, debe de estar el próximo año en la lucha por los podios y las victorias de manera regular en Moto3. Y no huye de esa presión. Corrió con una lesión en la mano, sin infiltrar y con el golpe anímico de salir último después de haber logrado su primera ´pole´, pero ni se le pasó por la cabeza abandonar. Se sentía en deuda con la afición y su equipo por el trabajo hecho durante todo el fin de semana y aguantó el dolor como pudo aún sabiendo que tenía difícil llegar a los puntos.

Despedida de Navarro

La dupla valenciana en el Estrella Galicia 0,0 de Moto3 se rompió tras la carrera de ayer. Navarro ha decidido dar el salto al Mundial de Moto2 aún renunciando a la posibilidad de ser campeón quedándose un año más en la menor de las categorías. Y aunque el tiempo dirá si ha acertado o se ha precipitado en su decisión, se merece toda la suerte del mundo en su nueva aventura. A su talento une ambición y capacidad de trabajo como pocos y con esos ´ingredientes´ el éxito llegará tarde o temprano. Además, en Moto2 coincidirá también con otro talento valenciano como Iker Lecuona. Con él, Vicente Pérez y los que vienen por detrás, el relevo en el motociclismo valenciano está asegurado.

Lamentable Rossi

El Mundial llegaba a Cheste con los títulos decididos y mucha más calma que el año pasado, cuando la polémica entre Rossi y Márquez hacía olvidar por momentos que el rival del italiano por el título era Lorenzo. Pero una vez más, Valentino fue el triste protagonista del fin de semana y en esta ocasión por un incidente fuera de la pista. Su lamentable patada a una aficionada en el paddock del Ricardo Tormo dio ayer la vuelta al mundo y aunque pidió disculpas después, lo hizo a su manera, intentando justificarse en parte por la cantidad de gente que hay siempre en el paddock de Cheste. De vergüenza.

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