Por el bien de Jordi Alba y, cómo no, por la buena salud del Valencia, el club tiene que establecer un criterio firme y decidir qué es lo que quiere y qué es lo mejor para este chico. Se quedó en la plantilla cuando la lógica apuntaba a una cesión al Zaragoza para completar su formación y ahora lo sacamos en rueda de prensa para que le pregunten qué prefiere, si quedarse en el Valencia porque Emery le ha dicho que va a contar con él o jugar con la selección el Mundial sub´20, que se juega una vez en la vida. Vamos, algo así como preguntarle a uno qué prefiere para cenar, solomillo o langosta. En el fondo todo apunta a que por una lado está el interés del club respecto con a un futbolista más de futuro que de presente y por otro la codicia —lógica— del entrenador por generar competencia en el día a día del equipo. Mientras el Valencia resuelve todas estas pequeñas o grandes dudas, a ver si entre unos y otros lo vamos a marear más de lo necesario.

Sandeces

Ahora que todo el periodismo patrio ensalza las virtudes de Villa y Silva porque le hicieron cuatro goles a Bélgica, es cuando vienen con fuerza a la memoria todas aquellas sandeces que se dijeron de ellos a lo largo y ancho de este largo y cálido verano. Que si en el Valencia no iban a ser nadie, que si les pasó el último tren, que si Kaká vale más que Silva y Cristiano vende más camisetas, que si Ibrahimovic es mejor que Villa... Hubo hasta quien pensaba —piensa o pensó— que Negredo era más delantero que el Guaje.

Las chicas

La decisión del Valencia de permitir a las chicas entrenarse de nuevo en la Ciudad Deportiva es un buen punto de partida para retomar este asunto y darle un poco de normalidad. Sea cual sea lo que quiere el Valencia CF de este equipo, hay algo que está por encima y es que compite con esa camiseta y con ese escudo. Rectificar es de sabios, equivocarse también.